Eduardo Sigal, vicepresidente del Frente Grande y ex subsecretario de Integración Económica Americana y del Mercosur de la cancillería argentina aseguró que esperan que la “Celac, en algún momento, piense en una instancia formal de participación de las organizaciones de la sociedad civil”.
Estas declaraciones las realizó luego de que el expresidente de Bolivia, Evo Morales, lanzara la CELAC Social, un encuentro que reunió a más de 200 organizaciones del campo popular y contó con la representación de cerca de 50 entidades de países latinoamericanos.
En No Corras, por FM 97 Une, Sigal explicó: “Está bien que la integración la impulsen los gobiernos. Pero es imprescindibles que las organizaciones libres del pueblo, políticas, sindicales, sociales, de pequeños y medianos productores también la asuman como propia e impulsen una interacción permanente con los gobiernos de la región”.
Sigal detalló que en la CELAC social “están participando cerca de 200 instituciones entre las que se encuentran la CGT, la CTA autónoma, la de los Trabajadores, el Movimiento Evita, La Cámpora, muchos de los partidos políticos que integramos el Frente de Todos, Asociaciones de Pequeñas y Medianas Empresas, y casi 50 representantes de organizaciones de Latinoamérica y el Caribe”.
Y destacó que “desde las 12 del medio día nos concentramos en Santa Fe y Cerrito, en la ciudad de Buenos Aires, para marchar hacia el Hotel Sheraton, donde está funcionando la CELAC. Pretendemos entregar a los presidentes el documento que aprobamos en el día de ayer”.
Además, agregó que se busca manifestar que “las organizaciones del campo popular estamos de acuerdo en seguir profundizando el proceso de integración regional de defensa de la democracia y de construcción de países más integrados que nos permitan defender nuestros propios intereses en este mundo global que estamos teniendo”.
Finalmente, reflexionó que “el tema central a tener en cuenta es que estamos ante una seria amenaza del autoritarismo en la región” porque pese a que han ganado propuestas de corte progresista en algunos países latinoamericanos, como en Brasil o en Chile, las fuerzas opositoras obtuvieron más del 40% de respaldo en las urnas.
Y advirtió que esta es una gran preocupación porque “no es una derecha tradicional, liberal, democrática; sino que es autoritaria, intolerante con las demandas de movimientos populares y que hace bravuconadas como la de convocar a una movilización contra supuestos dictadores que fueron electos democráticamente en sus países como los presidentes de Venezuela, Nicaragua o Cuba”.