Fabián Améndola conversó con Riso Balvidares para "De Une" por FM 97 UNE, Radio Provincia.
El abogado destacó el balance positivo de la jornada. "Ha superado todas las expectativas que teníamos antes de iniciar el juicio, por varias razones, primero, porque lo que a veces suele pasar en los juicios es o que la gente no se acuerde lo que había pasado en el momento en que vio, o, que, merced al interrogatorio cruzado de todas las partes, emerjan cosas nuevas”.
En ese marco dijo: "Acá pasó esto último, es decir, algunos de los testigos, incluso a preguntas de la defensa muchas veces, pudieron ir un poco más allá de lo escueto que eran las declaraciones testimoniales iniciales. Me refiero a los testigos más importantes que realmente vinieron a ratificar y a dar explicaciones de la forma que vieron lo que vieron de dónde estaban, o sea, no hay duda sobre eso”.
Sobre los alegatos de la defensa resaltó que "hoy vimos un alegato de la defensa prácticamente vacío de contenido, haciendo afirmaciones que tenían que ver más con que este juicio ya había sido un juicio popular. Que los medios que habían expuesto las pruebas, las constancias del expediente y demás, pero se desentendió totalmente de acreditar lo que tendría que haber acreditado, que es que su defendido no cometieron el delito que nosotros le estamos imputando o que sus defendidos no participaron de la manera en que nosotros lo estamos imputando y todo eso faltó”.
Sobre el compromiso que han tenido los jóvenes para venir a aportar a estas causas y para declarar enfatizó: "La conclusión que saco es la siguiente. Voy a empezar por las palabras de los imputados; las palabras de los imputados no fueron sinceras, no fueron un pedido de disculpa real, ninguno de ellos miró a Graciela mientras lo estaban diciendo. Utilizaron los mismos términos, los ocho se pararon para decir exactamente lo mismo. Esto nos marca varias cosas, primero que siguen estando en grupo, que son un grupo homogéneo y que no van a dejar de serlo, hasta que el Servicio Penitenciario no decida alojarlos en distintos lugares”.
Además, para el abogado, “ningúno de ellos ha expresado de forma sincera una sensación de culpa. Que vienen a exponer en las palabras finales después de tres años de ocurrido el hecho. Solamente tienen un objetivo de tratar de mejorar su situación y nada más, eso por un lado. Contra eso, se contrapone otro tipo de jóvenes. Estos ocho jóvenes salen de un seno familiar obviamente que no puede estar ajeno a esto, lo digo como padre. Uno puede no saber a veces lo que hace un hijo, pero esta situación en Zárate era muy conocida. Ellos no podían estar ajenos a que esto iba a terminar en algún momento de esa forma y no hicieron nada para evitarlo. No hicieron nada durante esos tres años para realmente ponerse del lado de las víctimas que son Silvino y Graciela y obviamente Fernando que no está más y tampoco hicieron nada durante el juicio para expresar con sinceridad algún tipo de remordimiento de hecho ninguno, lo manifestó”.
Por otro lado, Amérndola expresó que “contra eso se contrapuso otra visión de la juventud: la de los amigos de Fernando. Alejandro (amigo de Fernando) ni hablar estuvo todo el juicio y fue tal vez el que haya, aparte de Fernando que sufrió la mayor agresión, justamente por el empeño que tuvo en tratar de evitar la situación de la que estaba haciendo víctima a su amigo, pero, además se volvió a su casa de no poder haber podido hacer algo para evitar el crimen. Espero que su madre se durmiera y llamara a la comisaría o a la Fiscalía para contar que él había sido testigo. Estamos hablando de pocas horas después, mal puede indicarse que fue un testigo contaminado por los medios cuando esto ocurrió a pocas horas y pudo relatar con detalle lo que hizo cada uno”, afirmó.
::Para escuchar la entrevista::