Desde el miércoles 15 y hasta el domingo 26 de febrero se desarrolla el Tercer Festival de Cine Cannábico en la ciudad de Buenos Aires, con dos sedes: la Casa Nacional del Bicentenario y el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces. Allí se proyectarán 35 películas producidas en 16 países y se dispondrán actividades paralelas con entrada libre y gratuita.
En diálogo con Historia Nocturna, Malena Bystrowicz contó que el FICC “es un proyecto que vinimos haciendo desde 2019 con Alejo Araujo, y fue creciendo un montón”, a punto tal de que se desarrolla también en Uruguay y Chile.
“Teníamos ese saber acumulado por nuestras profesiones”, agregó, y tras tomar la definición y materializarlo durante 2019 en Montevideo, “nos dimos cuenta que había mucha aceptación” y que “por la reacción de los del público y lo cineastas, asumimos que era necesario”. A medida que el festival fue creciendo “empezamos a armar conversatorios” incluyendo “un montón de temas que atraviesan al cannabis”.
En ese sentido, reflexionó “el prohibicionismo es global, pero cada país tiene sus experiencias, sus leyes, y está bueno ver qué pasa en otros países o continentes”, por lo cual, en este época a la que calificó como “de mutación”, la propuesta busca “profundizar en ese tema más allá del cannabis” para cambiar “esa política punitivista de perseguir a usuarios y cultivadores”. Por ello, “para nosotros tendría que ser la política de drogas una cuestión de educación y de salud, y no asumida como un tema de seguridad, como es tomada como una guerra. El cannabis fue avanzando un montón, no sólo desde las leyes y avances, sino también de la sociedad: hoy ya no es tan raro escuchar que alguien es usuario de cannabis, y ni hablar desde lo medicinal”, concluyó.