“Fui público de la banda en los 90 y cuando se separaron tuve siempre la idea de que había que dejar un registro de lo que había sido esa experiencia. Cuando ya estaba metido en el mundo de la comunicación lo fui pensando, la idea primaria fue hacer un documental, pero fue difícil sostenerlo por varias cosas. Con el tiempo me di cuenta que la mejor manera de plasmar el material era la tinta y el papel como marca la historia”, dijo el periodista sobre el grupo del cual fue seguidor y que lo motivó a escribir.
Al tiempo que consideró que “me parece que, en el medio de todo ese viaje, en los últimos tiempos afortunadamente tuvimos la reconstrucción del punk como contracultura con mucho material, por lo que me pareció esencial que haya material sobre eso. No había nada de Fun People, por lo que es un poco la experiencia de aquellos años y lo que dejó el punk como contracultura en el país”.
Al tiempo que consideró que “me parece que, en el medio de todo ese viaje, en los últimos tiempos afortunadamente tuvimos la reconstrucción del punk como contracultura con mucho material, por lo que me pareció esencial que haya material sobre eso. No había nada de Fun People, por lo que es un poco la experiencia de aquellos años y lo que dejó el punk como contracultura en el país”.
“Fun People en los ’90 fue catalizadora de un montón de inquietudes que había en esa época. Sin querer portar esa bandera, con mensajes claros y reveladores para cierta parte de la juventud, por algo fue lo que fue. Uno se revela ante el contexto y responde de diferentes maneras, en este caso a través del arte y el posicionamiento político, con colectivos contraculturales del momento. Eso fue totalmente nuevo para nosotros, no encontrabas nada de todo eso en ningún manual de escuela, había muchos mensajes”, argumentó.