Amalia Boselli estudió música y junto a Liliana Bodoc comenzó a formarse en la escritura. Editó los libros de literatura infantil "Zep y Fanlete", "Los indomables pensamientos del Sr. O", “Viven en las Nubes” y “La Princesa Guerrera”. En 2018 edita su primer libro de poesía Semana XIII con el nombre de AMasonicA, editorial Caleta Olivia. Es docente, y actualmente vive en Tigre donde coordina la Juegoteca C.A.F.F y forma parte del equipo de la Fundación Augusto León Ferrari Arte y Acervo.
En diálogo con Narraciones Extraordinarias se refirió primeramente a el Tigre, su actual lugar de residencia, diciendo que “su imaginario tiene algo misterioso, oscuro, barroso, y por eso dió tanto lugar a cuentos y poesías. El Delta es como otro conurbano más, es un lugar complejo porque tiene desde el que va al fin de semana, como también el isleño profundo, o gente que vive ligada a los primeros habitantes”.
Seguidamente se describió como una persona “muy nómade”, contando que desde los 18 cuando se fue a vivir a la ciudad de La Plata para estudiar composición comenzó a vivir en lugares diversos. Con la llegada de su primer hijo Félix y mientras vivía en La Boca, se dijo a sí misma “no puedo vivir acá”, y que la decisión “no fue tanto pensando en la salud de los hijos sino en la propia: no me veía sola cruzando Avenida de Mayo con un carrito de bebé, me mataba. Igual soy súper porteña, no la extraño para vivir pero me encanta, por eso vengo seguido”.
Boselli junto a Enzo Maqueira en los estudios de Radio Provincia de Capital Federal
Tras leer su poema “AMasonicA”, comentó cómo fue incursionar en la poesía para adultos después de años de haber editado varios libros infantiles.
“Me cuesta separar las cosas, cuando decís ‘hacé esto o lo otro’, a mí me parece todo lo mismo, por eso la música y el teatro de objetos. A veces me gustaría hacer una sola cosa, pero me sale naturalmente y me costó decir ‘Amalia Boselli son mis libros para chicos y esto es poesía par adultos’. Ahí jugué con el AMasonicA, un poco por el sonido también, porque unía que el libro es poesía visual, pero también tiene partes que considero para ser leídas en voz alta” considerando a “lo sónico como música”.
En ese sentido, afirmó “la música siempre estuvo conmigo aunque ahora no esté en etapa de componer. Amo escuchar música y también leer poesía, y por ahí no estoy escribiendo, nunca dejé la música en algún sentido, no tengo una banda ni me presento pero me encanta”, y acotó “la poesía me fue pasando por la maternidad, me costaba tocar y juntarme con las bandas que lo hacen bastante tarde, o despertar al bebé de la siesta. La escritura estaba conmigo desde chica, y empecé a escribir mucho después a leerles (a sus hijos), por eso vino la literatura infantil. En realidad antes de a ellos siempre estuve con chicos, soy educadora y laburé con adolescentes y niños y me salía la narración oral y empecé a escribir cuentos infantiles”, concluyó.