En diálogo con Historia Nocturna, Mitidieri primeramente contextualizó “hay distintas miradas en torno a qué se celebra y cuáles son los orígenes” respecto a la elección del 8 de marzo como fecha en que se conmemora las luchas de los movimientos de mujeres.
“Hay quienes dicen que ese día se conmemora un incendio de una fábrica textil en Nueva York, algunas dicen que fue en 1857 y otras en 1911. El incendio en la fábrica de Nueva York no ocurrió un 8 de marzo, pero sí sucedió durante ese mes una gran huelga en reclamo por mejoras de condiciones laborales. El incendio se produjo el 25 de marzo”.
La académica amplió “si se sigue tirando del hilo encontramos algunas iniciativas del Partido Socialista en distintos países del mundo para dar lugar al sufragio femenino, un 8 de marzo hubo una revuelta durante la Rusia Zarista al final del gobierno previo a la Revolución Rusa encabezada por parte de las mujeres que habrían tenido que ver con la lucha por el sufragio femenino. También, después de la finalización Segunda Guerra Mundial la ONU establece un Día de las mujeres por la paz, y ahí aparece esta conexión entre las distintas luchas que de alguna manera van adornando la efeméride. Todas estas tradiciones conciben un poco lo que celebramos y reivindicamos”.
Seguidamente se explayó respecto a los debates académicos sobre el feminismo en las facultades de la carrera de historia.
“Creo que a esta altura y con un movimiento feminista de masas, nadie se puede hacer el desentendido con la historia de las mujeres. Quienes transitan los espacios de la carrera de Historia al menos en la UBA, todas se llevan aunque sea la pregunta y la inquietud de cómo esos procesos se pueden abordar de manera más compleja cuando pensamos las relaciones de género", sostuvo.
"Cuando se crearon en las distintas universidades, espacios, áreas o institutos, estaba la disputa de en qué frente una daba la batalla: si compartirla solamente con colegas con quienes ya la batalla estaba ganada o saldada, o te inmolabas en la discusión con colegas que ni siquiera estaban dispuestos a considerar el hecho de que la experiencia femenina fuera por lo menos existente en la historia. Creo que una generación previa a la mía se dió esa tarea en esos dos frentes, apostar a que no hay una historia de mujeres solas sino historia con perspectiva de género es relacional". En ese sentido, valoró “estamos animándonos a hacernos las preguntas, siempre son preguntas que los activismos cuelan en la academia y eso es muy sano".
Finalmente, reflexiona “creo que en un punto la historia de la mujer es un poco la historia de hacerle lugar a los codazos. Muchas veces cargamos las tintas en la presión y sometimiento porque seguimos viendo en pleno 2023 violencia de género o femicidios, brecha salarial de género. Me parece algo interesante poner el foco en estos ensanchamientos de márgenes acotados. Decir ‘conquistamos este derecho’, que antes era impensado que fuéramos a la escuela y fuimos, también a la universidad y ocupamos lugares impensados. Me gusta pensar en que la historia no es siempre igual, muchas veces es una buena manera de entrar al asunto ver con qué otras distintas opresiones está entrelazada esa presión de género”, concluyó.