En el marco del 9no Festival internacional de cine LGBTQ+ -Festival Asterisco- realizado del 20 al 30 de octubre del 2022, se estrenó "Nuestros cuerpos no son sus campos de batalla", un documental que "se adentra en el recorrido político y la vida íntima de Claudia Vazquez Haro y Violeta Alegre".
En diálogo con Marien Chaluff e Inés Mauri, Isabelles Solas explicó el contexto del film: "Por el 2015, en esa época en Francia sucedía algo tremendo, un intento de hacer pasar la ley de matrimonio igualitario. Hubo muchas reacciones de extrema derecha y cómo se tomaba el poder en las calles. En ese ámbito reaccionario, me sentía muy mal, y cuando ví que la ley de identidad de género había pasado como tres años antes en Argentina, me animé para venir a ver qué era lo que pasaba”.
En ese marco, "hablando con la gente, conocí rápidamente a Claudia Vazquez Haro, que es una de las protagonistas principales de la película. Cuando la conocí, fue otra decisión más para mí: Estaba claro que había muchas cosas para contar y mostrar lo que hay de íntimo en una carrera militante y los vínculos de los militantes del movimiento trans con el feminismo”.
Solas retrató que a partir de ese encuentro, vio que "al principio, quería hacer una película coral, sin un personaje principal, para mostrar la fuerza del colectivo". Entonces, "conocí a Loahana Berkins, pensaba en filmarla, y a Diana Sacayán, pero fue un año terrible, donde mueren las dos. Eso me puso otra urgencia para mí y para contar lo que pasaba. Fue cuando conocí a Violeta Alegre".
La documentalista detalló que en ese ámbito "me pareció interesante mostrar las distintas maneras de pensar la militancia, de defender las mismas causas, desde un lugar muy distintos al final, la política de la organización O-Trans de Claudia y la mirada de Violeta que viene de la antropología, con otra sensibilidad. Son dos maneras de armar un activismo”.
Por último, se refirió a lo que denominó “leyes de vanguardia” sobre las dos maneras de pensar la identidad “y decir que la biología no lo es todo, ahora por ejemplo en Francia no creo que el Estado lo entienda así. El Estado controla los cuerpos, y esa manera de pensar, que sigue viva y abusiva, por eso me interesaba ver cómo se podía pensar en Argentina, donde no toda la sociedad está lista para entender la forma de vivir y contar la identidad”.
Para escuchar la entrevista: