En declaraciones a Napalm, por Radio Provincia AM1270, el diputado del Frente de Todos afirmó que “no hay mucha relación entre las descalificaciones que recibíamos respecto de que esto era un circo”, con los resultados parciales obtenidos en el marco de la Comisión de Juicio Político que lleva adelante la Cámara baja.
Tailhade sostuvo que “todo ese escenario que nos pintaban, hoy se convirtió en un ámbito donde permanentemente se generan preocupaciones”. En ese marco, advirtió que “están alarmados no sólo dentro del tribunal sino en la oposición, que pasó de la burla a la presencia permanente en la Comisión”, lo que “le da un valor institucional muy grande”. Por lo tanto, el legislador enfatizó que el proceso “está generando consecuencias en la Corte y en la política” y “de a poco vamos cumpliendo los objetivos, que tienen que ver con instalar el problema del funcionamiento del Poder Judicial y de la Corte en particular”.
Respecto de la recusación del funcionario del máximo tribunal, Héctor Marchi, contra los ministros y la denuncia contra Elisa Carrió de proteger a tres de ellos, el diputado adelantó que “está citado como testigo para que declare en el marco de la acusación que hace la Coalición Cívica contra Ricardo Lorenzetti, que era su jefe y le dio plenas facultades para el manejo administrativo y económico durante su presidencia, pero también porque forma parte de la obra social del Poder Judicial, que es otro de los cargos”. El dirigente del Frente de Todos sostuvo que “esa declaración les preocupa a los tres consejeros que están en conflicto con Lorenzetti”.
El diputado lamentó que los jueces “son cuatro barrabravas que se tiran con acordadas en una práctica que descalifica a la Corte”. Seguido, planteó que “la justicia no está a la altura de la democracia Argentina” mientras que “la política está claudicando desde hace años frente a esta corporación que está aliada con el poder económico y los medios de comunicación”.
Por otra parte, Tailhade dijo que el Frente de Todos no pudo avanzar en este plano porque “elegimos una estrategia equivocada inicialmente”, que estaba basada “en acuerdos y de búsqueda de soluciones consensuadas a los problemas”. En tanto, consideró que “cuando quisimos modificar ese curso de acción nos encontramos con una derrota electoral y no hubo posibilidad de avanzar en términos parlamentarios”, al tiempo que “las posibles reformas que podrían haber generado alguna expectativa de mejora en el Poder Judicial podrían haber salido por decreto pero no hubo voluntad política de hacerlo”. Por último, sintetizó: “Los dispositivos del lawfare están intactos. No aflojamos ni un tornillo de esa maquinaria. Al contrario, está cada vez más fortalecidos y más envalentonados”.