Gabriel Bilmes, doctor en física e investigador de la CIC reflexionó sobre la Inteligencia Artificial y la decisión de algunas empresas de pausar los avances en su investigaciones y destacó como importante tener en claro cuál será la orientación de estas invenciones.
En Mañana es Mejor, por Radio Provincia el director de la revista “Ciencia” advirtió que el discurso que circula es que “la ciencia y la tecnología producen y generan productos y que dependen de cómo se los usen” se puede ver las buenas o malas intenciones.
Pero lo cierto es que “la ciencia y la tecnología no son neutrales” afirmó y describió que estas “tecnociencias” son “un producto de la etapa actual del capitalismo internacional con una orientación definida” porque para su desarrollo “se necesita muchísimo dinero”.
En ese marco, Bilmes señaló que la disputa pasa por “dónde se pone ese dinero”, quiénes lo aportan y qué objetivos tienen porque esto dará “el resultado que vamos a tener”.
Seguido ejemplificó: “Si yo pongo el dinero para resolver las inequidades de una sociedad, como es le problema del hambre en Argentina, voy a tener desarrollos, resultados, productos, que van a estar pensados para resolver los problemas de la gente. Pero, si en cambio los pongo para desarrollo de maquinaria de guerra, armamentos o para el beneficio de 4 o 5 empresas, voy a tener otro tipo de orientación y resultados”.
Y agregó que en la actualidad “la IA se desarrolla en el marco del capitalismo informacional que tiene por objetivo fundamental el lucro, la ganancia y la manipulación”.
Por ello aseguró que “los peligros no son los peligros de una tecnología sino los de un sistema que utiliza estas tecnologías para acumular riqueza” y pidió abandonar la “mirada romántica” sobre "el lugar de los científicos, la ciencia y la tecnología. Porque si bien estas últimas son uno de los motores centrales del capitalismo actual no están en las manos de los científicos; sino que están en las manos de las grandes empresas”.
“Yo dudo que Elon Musk pueda pensar en el bien de la humanidad. Es gente que viene con una orientación y dudo que puedan cambiar de la noche a la mañana. Mi impresión es que todos estos empresarios están preocupados por controlar la dirección en la que pueden ir estas cuestiones. Por lo tanto tiene que haber un movimiento mundial, una respuesta de la sociedad, sobretodo local para que esto cambie”, cerró.