Mercedes Resch, se fue de allí para poder estudiar y después de mucho andar volvió con el título de profesora de Bellas Artes y un torbellino de ideas y proyectos colectivos. Con unos ahorros y mucho esfuerzo compró en 2001 la casona del viejo almacén. Lo recuperó con esmero, rediseñó la arcada y levantó ella misma las paredes que faltaban y en 2009 abrió las puertas de La Tranca, un espacio cultural, taller de danzas folklóricas, cine, biblioteca, sala de arte, hospedaje y, desde 2018, una magnética pulpería de la que habla toda la zona.
“Se había transformado en casa de familia, había dejado de tener ese espíritu de boliche, fui recuperando los espacios un poco para que las paredes hablaran y se transformó en mi casa y en muchas cosas más como “La Tranca””, contó Resch a Radio Provincia.
Además relató que “la construcción es muy antigua, de comienzos de siglo IXX, una fachada casi colonial y se mantuvo la construcción tal cual. Las paredes se van descascarando, yo las iba recuperando porque es una construcción en barrio y uno la siente como viva pero a medida que se iba saliendo el material aparecían colores de todo tipo entonces decidí colgarles marcos vacíos”.
“Tenemos 104 habitantes y hemos hecho eventos que han triplicado la cantidad de habitantes dibujando, gente que no se dedica al arte, entiendo que como nací en este pueblo, fui a la escuela acá donde ahora soy la docente, no soy una extraña, me fui a estudiar y regresé”, señaló.
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