La escritora Mercedes Álvarez habló de su obra “La gota en la piedra” y admitió que “nunca pensé que se iba a convertir en una novela, porque mi campo siempre fue el cuento”.
En diálogo con Osvaldo Quiroga en “El Refugio”, sostuvo que la historia es protagonizada por “una mujer que no tenía manos, un personaje que no sé de dónde salió”. Del mismo modo, “de repente apareció una voz masculina y en el momento en que surgen dos voces me di cuenta de que estaba en el campo de la novela”.
“La parte de Sofía (el personaje central) surgió a partir de poemas míos”, indicó la autora, ya que “el paso por la poesía cambió mucho mi forma de hacer narrativa, por eso algunos comienzos de párrafos son comienzos de poemas o versos míos”.
En tanto, “la voz masculina no tiene tanto lirismo, es más constante. Luego aparece otra voz masculina, que es la tercera persona”, señaló Álvarez. En relación a la falta de manos, manifestó que es “casi metafórico” atento a que “todos vivimos con la falta, puede ser la falta de la mano como de cualquier otra cosa”.
En relación a la tarea de creación, la autora expresó que “cuando uno se sienta a escribir si hay amor sale, si hay dolor sale. El erotismo salió sin que yo quisiera, el tratamiento de ese erotismo es lo que más tiempo llevó, porque en la literatura eso tiene una complejidad enorme. A cada palabra hay que darle su lugar”.
Sobre sus lecturas, Álvarez significó que “Onetti me marcó mucho en la adolescencia, pero siempre lo he leído y cada vez me parece un autor extraordinario, es tan sutil que a veces, acostumbrados a otra literatura más directa, a la gente se le escapan cosas”.