Tomás Viola, músico y escritor, autor de “La soledad de las ratas”, conversó con Enzo Maqueira y Gonzalo Unamuno. Acompañados por Pablo Ramos, pusieron en común intereses, obsesiones y demonios. El autor de “El origen de la tristeza” contó que su última edición es “El origen de la alegría” la cual reconoció como “más accesible, asequible, más proletaria, más peronista” que la felicidad.
En esa oportunidad, fueron consultados por el vínculo entre la música y la literatura. Pablo Ramos reconoció que la literatura precedente de la escritura en la Mesopotamia Antigua, comunicaba de manera oral aquello que se debía recordar y a la cual se le ponía melodía para ser recordada. “Lo que tiene la música es que es más instantáneo el sentimiento, mientras que la literatura tiene un efecto más prolongado”, expresó Tomás Viola.
Por su parte, Pablo Ramos, actual voz de “Disléxicos”, contó sobre el resurgir de su banda. “Son canciones, mis canciones arregladas para una orquesta de rock distorsionada por completo” y sobre literatura contó que su último libro, “El origen de la alegría”, es el final de una tetralogía de Gabriel Reyes. Y lo que está publicando a fin de año es “El hambre y el arcángel”, un proyecto que une “una larga carta a Gabo Ferro donde cuento la historia de cada canción del disco “El hambre y las ganas de comer”, un álbum que se hizo mítico, que salió en Cd, quedó en YouTube, no está en Spotify, porque yo nunca lo firmé, e incluso fue nominado a los premios Gardel”.“Sé que mi obsesión con la literatura es sana”, detalló Ramos, por eso “estoy trabajando en un libro a partir de la experiencia de la muerte de mi hermanita, quien entró a una sala de hospital y no salió”. Sobre su vivencia, adelantó que está quedándose todas las noches en el hospital de Gonnet, haciendo un libro de crónicas que se va a llamar “Con la guardia en alto", crónicas de hospital en la noche”.