Viernes por la noche en San Telmo. Juan Matías Loiseau pone una pausa a su producción creativa para atender a Radio Provincia. Sentado frente a su tablero, sobre el sillón que su padre, célebre dibujante, artista plástico y difusor cultural con el recordado programa “Caloi en su tinta”, usó por más de 30 años.
“Hay algo del juego del inconsciente que está en todas las ideas: aparecen libres asociaciones que te dejan en la puerta de una canción, o de una idea para guión cinematográfico, para una serie, un texto, para una pintura o una imagen. En ese sentido me gusta meterme en problemas con el arte y hacer un libre tránsito y tráfico entre una disciplina y otra. Ponerme distintos ropajes y jugar a ser poeta, músico o dibujante, en un juego como lo juegan los chicos, que no es que juegan más o menos, lo juegan muy en serio. Eso hace que pueda estar en distintos universos con mucha facilidad”, sostuvo Tute en diálogo con Mesita Afuera.
Seguidamente refirió que tanto él como sus hermanos tuvieron estímulo para las creaciones artísticas debido al oficio de su Padres y de su Madre, Cristina Marcón, quién era artista plástica y tenía un taller en el hogar donde dictaba clases. “Era una casa con muchas posibilidades para expresarse y desarrollarse en ese sentido”, expresó. Los tres hijos del matrimonio desarrollan actividades vinculadas con el arte.
Luego contó que en edad escolar solía canjear dibujos del personaje Clemente con sus compañeros. “Mi Viejo estaba podrido de hacer tantos Clementes, yo los dibujaba bien. Al principio los dibujaba y los globitos los ponía mi Viejo, después los hacía enteros, los llevaba al cole y los cambiaba por figuritas difíciles o por bolitas lecheras”.
Entre sus producciones artísticas Tute produjo un disco de tangos junto al cantor Hernán Lucero, quién tenía melodías compuestas e invitó al dibujante para que compusiera las letras. “Probamos, como la primera letra que hice, un valsecito, me salió con cierta facilidad me entusiasmé y después hicimos muchas otras canciones, zambas, guaranias”, dijo. Al tiempo compuso un disco llamado “Canciones dibujadas” que tuvo letras y melodías suyas. “Como no sé cantar ni tocar instrumentos se me ocurrió invitar a un seleccionado de cantantes y músicos que me acompañaran ese proyecto que fue una apuesta audiovisual, cada canción tenía un videoclip con dibujos animados”. Participaron en él artistas como Adriana Varela, Kevin Johansen, Lisandro Aristimuño, Jaime Torres, Ricardo Mollo y el trompetista Marcelo Guillespi, entre otros.
“Soñé mucho, y todavía me queda mucho por hacer. En un punto me sorprende, nunca me imaginé de meterme en proyectos que llevé a cabo, de pibe era muy soñador y soñaba con jugar en primera. Lo que hice con mi primer cuaderno con chistes fue ir a golpear las puertas de Clarín, pero entré en Diario La Prensa, mi siguiente trabajo fue La Nación”, manifestó. Tute no revelaba ser el hijo de Caloi “porque quería que mis dibujos se valieran por sí mismos”. Al respecto, aseguró “ser el hijo de mi viejo me abrió un montón de puertas de la cabeza, aprendí muchísimo viéndolo trabajar, y muchas veces sin saber que estaba tomando clase, porque nunca en toda la vida mi Viejo me dijo esto se hace así, o asá, era un hombre muy sabio”, sostuvo.
Finalmente dedicó un párrafo a la tira Mabel y Rubén, una de sus creaciones con más suceso. “Mabel hay una sola, pero Mabeles son todas. Todos los días aparece una Mabel distinta y otro Rubén distinto. Todos somos diferentes pero a todos nos pasan las mismas cosas, como decía Maitena sobre sus personajes. Hay algo de sentir identificación en los conflictos porque a todos nos pasan cosas parecidas”, concluyó.