En diálogo con 6 grados de separación, Cortese primeramente recordó al músico Ástor Piazzola a quién conoció en un lugar que se llamaba “La ciudad” sobre la calle Talcahuano. “La que presentaba a las figuras que iban era Blackie, fue el lugar más excéntrico de Buenos Aires, aunque por poco tiempo. La segunda persona que tocó fue Astor Piazzola, que para mí es algo único: su Quinteto es cosa seria”.
De niña escuchó a Carlos Gardel, a quién su padre iba a ver con frecuencia. También en su “paisaje musical” estaban presentes la ópera y el jazz. Luego tuvo palabras elogiosas para músicos que sentaron las bases del rock nacional entre los años 60 y 70.
“Fue una época donde los roqueros estaban todos juntos: García (Charly) estaba con Spinetta (Luis), Spinetta con Fito (Paéz), y con Pappo. Así se vivía. Lo mismo sucedió con el tango, por eso los tangueros fueron como fueron”, y seguido refirió una anécdota: “Un día Anibal Troilo le dice a Enrique Cadícamo, che estuve componiendo esta música, ¿porque no la acomodás y le ponés una letra?. Ahí Cadícamo se fue al camarín y compuso garúa. Las cosas no ocurrían porque sí, hubo una manera de vivir que tenía que ver con lo colectivo”, subrayó.
“La noche es algo que se perdió, ha sido y es magnífica: era lo que nos juntaba. Caminar la calle corrientes de noche y encontrarte con todos los personajes del mundo de la cultura, del arte, de la ciencia y con todo lo que traía era nuestro cotidiano. Entrabas a un lugar y por ahí Virgilio Espósito estaba tocando el piano. Era otra forma, donde había menos miedo”.
Luego aseguró “no venció a la noche la dictadura. No la pudo vencer", aunque "dejó el horror, el temor permanente, y ahí vino el exilio”. Tras retornar en 1981 con el surgimiento del VIH el temor pasó a interferir en las relaciones humanas, “y luego la pandemia, que instaló que el otro también puede ser fuente de contagio”.
A pocos días de estrenarse Blondie, ópera prima de Dolores Fonzi en la pantalla grande, Cortese dijo “en este tiempo mío prefiero el cine. Hice tanto teatro, tan bueno y magnífico que hoy me cuesta. Creo que las personas que no conocen nuestro medio desconocen lo que significa ir al teatro miércoles, jueves, viernes, sábados y domingo, en el caso que te vaya normal, porque si no haces dos funciones todos los días y eso te aleja de la familia”. En ese sentido, planteó “el teatro no convive con la vida social. Es de una resistencia impresionante el trabajo nuestro. El cine es otra disciplina totalmente distinta, otra manera de construcción de personajes”.
Seguidamente se explayó “me encanta y necesito que me dirijan, no soy de las actrices que no les gusta que la dirijan” y tuvo palabras elogiosas para Dolores Fonzi, protagonista y directora de Blondie. “Dolores sabe lo que quiere del personaje, sabe qué nota tiene que tocar, lo pide con una inteligencia, suavidad, con gracia y amorosidad sin que te des cuenta”.
Finalmente expresó “me gustó mucho hacerla (Blondie) porque se armó un equipo de trabajo, había conocimiento, respeto, cariño. La película es un devenir, corre y no se detiene, pero toca puntos muy profundos”.