Convocada por una iniciativa del Presidente de la Liga Costera del Río de la Plata Ricardo Navoni, Diana Illari aportará su experiencia en una campaña al servicio de la no violencia en el fútbol.
En diálogo con Gambeta de Dama, reflexionó “la violencia no es ajena a ningún deporte pero quizás en el fútbol es donde más lo vivimos y donde más cerca lo tenemos porque es el deporte que todos practicamos, vemos, consumimos, o tenemos alguien de nuestra familia inmerso en la disciplina”. En ese sentido, indicó que quienes ejercen el arbitraje “terminamos siendo el receptáculo de muchas de las miserias que después se traducen en violencia de todas las personas, no sólo los adultos sino también los niños que quizás por copiar, o porque es la única manera que conocen”, terminan reproduciendo esos patrones de conducta, y consideró que “desde los distintos sectores, liga, colegios, o nosotros como árbitros, (erradicar la violencia) es un compromiso que tenemos que asumir todos, desde el lugar que nos toque".
Seguidamente puntualizó en la discriminación por razones de género. “Lo que nos sucede a nosotras las mujeres es que se nos subestima: si nos equivocamos es porque somos mujeres y no porque nos podemos equivocar como cualquiera de nuestros colegas o compañeros. Esto es parte de una misoginia generalizada, sobre todo arraigada en el fútbol, y no sólo desde los varones en el juego, sino también de las dirigencias, en la planificación y la gestión”.
Ante este contexto, “las mujeres tenemos el doble desafío de, no sólo dirigir bien, sino demostrar que estamos capacitadas. Es una lucha que ya se ganó, pero que se tiene que seguir dando porque todavía nos encontramos con muchas situaciones de violencia dentro de una cancha” y mencionó situaciones que ocurren en los partidos como "insinuar este corre como nena” o frases como “anda a jugar a las muñecas, que a veces lo replicamos. Y me incluyo porque esos procesos de sacarnos los micromachismos nos cuesta y hay que seguir trabajando para erradicarlo con la idea de hacer un fútbol más equitativo para todos los sectores”.
Respecto a su decisión de ser árbitra profesional comentó "medio que salió de casualidad, siempre me gustó el fútbol y lo practiqué desde muy chica. En aquellos tiempos, y más en el interior de la provincia, no existían escuelas de fútbol femenino”. Si bien la árbitra nacida en Pehuajó que se radicó hace varios años en La Plata practicaba fútbol activamente nunca llegó a jugar de manera profesional, aunque sí tuvo un paso por la Liga Amateur Platense jugando en clubes como Tolosanos o Everton.
"Cuando comencé a hacer mi tesis de licenciatura empecé a ahondar en el mundo del arbitraje. Empecé a hacer el curso y me enamoré del arbitraje. Soy una apasionada del deporte y la disciplina, sacando la pasión del hincha: la táctica, la estrategia, el desarrollo deportivo, y todo lo que implica la disciplina y el Fútbol Amateur que tiene que ver con lo social y no con lo comercial o lo que vemos en la tele. Me pareció hermoso y a la vez un desafío personal para crecer y desarrollarme”, concluyó.