Alba Rueda, representante especial sobre Orientación Sexual e Identidad de Género de la Cancillería Argentina, visitó los estudios de Todo Este Ruido para conversar acerca de la reivindicación de las diversidades en el marco del día del Orgullo LGBTyQ.
La dictadura militar buscó "aniquilar la diversidad, la diferencia, aniquilar a las travestis, algo muy instalado sobre todo si pensamos y recordamos que estuvo vigente hasta los años 90 aquí en Argentina. Entonces nos encontramos con un periodo de transición democrática donde se reprimía a las travestis, los secuestros también a empresarios y todo lo la violencia institucional. Ahí se armó la maldita policía que después deviene en ocuparse y trasladarse a las prácticas institucionalizadas de la provincia de Buenos Aires", expresó.
Asimismo, comentó que la dictadura cívico-militar la vivió como "un periodo de transición democrático, como un umbral que permitió otra vez organizarnos, en espacios políticos, con agendas políticas, reclamar toda una participación, las marchas del orgullo, pero también la participación dentro del espacio público. Una de las primeras marchas de travesti se hace en el año '86 en la plaza de mayo y justamente reclamando que pare la violencia, que pare la matanza hacia las travestis".
En ese sentido, "cuando se habla de todo lo que falta también pongo el valor en todo lo que hemos recorrido como movimiento social y político. Yo soy una traba nacida en Salta en el año 76, es decir, ya en la última dictadura cívico-militar y que creció atravesada por tantos prejuicios, violencias, con falta de un marco normativo y de reconocimiento e incluso con normativa específica que criminalizaba el travestismo, por ejemplo, con normativa que decía que estaba prohibido usar ropa del sexo opuesto".
"Poder manifestar la protesta y el derecho a la resistencia frente a tantas violencias fue parte de este crecimiento de la democracia para las travestis y trans y ese proceso lleva sin duda a un momento histórico que es la sanción del matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, que es el hito que marca el reconocimiento de una ciudadanía trans también para nuestro país en el año 2012", afirmó.
No obstante, recordó en relación a la identidad que "cuando ibas a reclamar tu documento, cuando hacías el de los 16 años, te pedían que vayas sin maquillajes, sin aros, con el pelo atado para atrás y aún así te lo rechazaban porque no coincidía la cara con lo que ellos esperaban que sea una persona masculina".
Por ello, remarcó que "cuando hablamos del orgullo, de la reivindicación de derechos, hablamos de esta historia que es una historia reciente y que cambia, por supuesto, a través de la agenda política y también de la escucha y la articulación con los gobiernos que supieron llevar adelante una agenda popular de derechos, una agenda de reconocimiento de derechos Hasta entonces, las compañeras que tenían el reconocimiento de su documento de identidad lo hacían por procedimientos judiciales certificando que eran personas enfermas que vivían bajo el criterio de la diforia y tenían que presentar como testigas a otras compañeras que daban cuenta de la estabilidad en el género de todo esto".
"Esta es la historia que no cambió tanto a nivel global. Argentina es uno de los pocos países, menos del 10% de los países que integra Naciones Unidas, que tienen una ley de identidad basada en el reconocimiento de la identidad de género como un derecho personal. Otros países tienen basado el derecho de la identidad en la tutela que pueda ser un juez o un tribunal médico que evalúa la identidad de género. Por eso hoy se reivindica esta agenda de lucha".
En tanto, comentó que "el 28 de junio lo que se reivindica es esta agenda de lucha que busca todavía avanzar con los derechos en el mundo y en Argentina también. Por eso este 28 para nosotras, nosotros y nosotres, significa también marchar en contra de travesticidios y transfemicidios".
"Hay que reivindicar que todavía falta, que todavía, digamos, hay agendas pendientes, pero que realmente se dieron pasos fundamentales, que también son traducidos en política pública, que también son traducidos en el avance de derechos, como el reconocimiento de las identidades no binarias, y como, por ejemplo, contar con una subsecretaría de políticas de diversidad, con todo un avance que genera evidencia acerca de que cuando se reconocen derechos, como decía nuestra presidenta en el 2010, Cristina Fernández, que cuando se reconocen derechos, toda la sociedad avanza".
Por último, mencionó que en el mes de mayo comenzó a tratarse en el Congreso el proyecto de ley de reparación histórica para las personas travestis y trans criminalizadas, muchas veces víctimas de torturas, perseguidas que fueron excluidas de todos los ámbitos. "Es el correlato de esto que planteamos al inicio, la violencia institucional instalada en todos los ámbitos de manera transversal y los efectos que eso dejó. Hay muchas compañeras que son sobrevivientes de toda esta violencia que hemos atravesado como sociedad y que habla de que el Estado tiene una responsabilidad en haberla generado. Muchas de esas vidas se vieron cortadas y muchas de esas vidas que sobrevivieron, de estas personas que sobrevivieron, tienen una vida con menor calidad y realmente con muchas complicaciones en base a esta violencia. Lo que se busca es que se reconozca la trama de violencia estructural que hay en Argentina hacia las personas trans y sobre todo la que hemos vivido".