Tomás Downey nació en Buenos Aires, en 1984. Es escritor, guionista y traductor. Es, también, una de las voces más celebradas de su generación. Es autor de los libros de cuentos Acá el tiempo es otra cosa, (Interzona, 2015), primer premio del Fondo Nacional de las Artes y finalista del III Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez (Colombia), y El lugar donde mueren los pájaros (Fiordo, 2017), que obtuvo una mención en los Premios Nacionales 2014-2017 y fue traducido al italiano.
En los últimos años Downey participó en varias antologías y publicó relatos y artículos en medios gráficos de Argentina, Uruguay, Colombia, Costa Rica, España y Estados Unidos. En 2019 resultó ganador del primer concurso de literatura de la Fundación María Elena Walsh. Es docente en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) y coordina talleres de escritura.
En 2018 ganó una beca del Fondo Nacional de las Artes por el proyecto de Flores que se abren de noche, que se convirtió en su nuevo libro de cuentos, publicado en 2021 por Fiordo.
En diálogo con “Sin Alarma” por Radio Provincia, Downey apuntó que “el Premio del Fondo Nacional de las Artes, me cambió la carrera, antes las editoriales no me contestaban los mails, pero luego del premio me impulsó la carrera, además al libro le fue muy bien”.
En torno a las influencias a la hora de escribir consideró que “hay una influencia de la cuentística norteamericana, ellos son grandes narradores, más allá de los reparos ideológicos que uno pueda tener. Hay muchas relaciones interpersonales en mi obra. Y gran parte de la dinámica de roles recorre la literatura contemporánea”.
“Los últimos 10 o 20 años vimos avances aceleradísimos que nos cambiaron la vida y ese tipo de cosas están dando vueltas en la cabeza de todos”, apuntó.
Se le consultó acerca del ingrediente que tiene que tener un buen cuento. Se refirió a Edgard Allan Poe, Horacio Quiroga y Lovecraft. “Un buen cuento tiene que tener unidad-efecto como decía Poe, no importa la extensión pero todo tiene que girar alrededor de un mismo punto, no hay que desviarse, exige concentración”. “La novela permite dar otras vueltas. Pero el efecto final de un cuento, los últimos párrafos deben ser una revelación. Tener una emoción que impacte”.
“Si yo te cuento un cuento y te provoca lo mismo que leerlo, algo falla” sentenció.
Como además de escritor es guionista, describe que “al escribir los cuentos pienso en una especie de instrucciones para que el lector imagine la película que estoy pensando”.
Al final de la nota recomendó la lectura de la escritora española Sara Mesa, especialmente dos de sus libros: Un amor y Cuatro por cuatro.
“Sin Alarma”, Domingo 9 a 11 AM 1270