Esta mañana, el gobernador Axel kicillof, inauguró la obra de remodelación y ampliación en el Polo judicial de Avellaneda-Lanús, que permitió crear espacios para albergar los 3 nuevos Juzgados de Familia (N°5, N°6 y N°8), que se sumarán a los 2 ya existentes en la planta baja del edificio. Además, se llevó adelante la construcción de un nuevo sector destinado a archivos.
Al respeto, Kicillof expresó que "este es un viejo anhelo, tener un departamento judicial en Avellaneda. La verdad que como todo lo que ocurre en la provincia de Buenos Aires, muchas veces primero pasa el crecimiento poblacional, la necesidad de las demandas y llega después el Estado a dar la respuesta institucional, de inversión e infraestructura y la respuesta organizacional adecuada”.
En la misma línea, contó que “en el caso del Departamento judicial de Avellaneda, se comienza en 2005/2006, luego en 2010 se presenta la ley, pero una vez aprobada, falta mucho trabajo para hacer los nombramientos correspondientes, los edificios y también los actos administrativos. Estoy muy orgulloso porque lo hemos hecho por decreto. Antes de la pandemia pusimos en funcionamiento este departamento judicial, que hoy tiene edificio, nombramientos y ya está funcionando”.
Asimismo, informó que “ya está en marcha el Departamento Judicial N°21 en Merlo, así que vamos a tener otro Departamento Judicial. Hace falta un poco de tiempo, pero es importante hacerlo. Había algunas discusiones como siempre, pero ya han sido saldadas”.
No obstante, Kicillof recordó que cuando recibieron el gobierno “muchas obras fueron paradas por cuestiones judiciales, por una cuestión de denuncias de corrupción en torno a la ejecución de las obras. Y esa denuncia se impulsaba por la propia Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires, lo cual generó un efecto muy perjudicial para la provincia, porque por la investigación se detuvieron todas las obras. Y cuando se detiene una obra y empieza a pasar el tiempo, se corre un riesgo. Esta situación la teníamos no solo en el ámbito judicial y de infraestructura judicial sino también en viviendas, rutas. Habían parado todas las otras, algunas por cuestiones judiciales, otras económicas, financieras, y otras por cuestiones electorales. Hubo muchas obras que se detuvieron durante el gobierno anterior con una lógica presuntamente política, es decir, no terminar ninguna obra que hubiera iniciado el gobierno anterior, era una especie de imperativo”.
No obstante, cuestionó al gobierno de María Eugenia Vidal por no terminar las obras que había comenzado el gobierno de Cristina Fernández, ya que seguramente “pensaban que si terminaban de inaugurar todas esas obras que estaban en marcha iban a tener que reconocer que se habían comenzado, que faltaba poco, tener que reconocerle los avances al gobierno anterior. Fue algo muy dañino”.
“Eso fue una decisión política, una política de no terminar las obras y además después ponerla en marcha o relicitar una obra comenzada, tiene un costo más grande. Por ejemplo, en el caso del barrio Kennedy, hubo que hacer una inspección vivienda por vivienda porque ya no se sabe qué le sacaron, qué le falta, qué rompieron. Y después la obra se entrega y hay una garantía, pero la empresa nueva tiene que garantizar una obra iniciada en otro periodo por otra empresa. Entonces es infinito, no tiene número la cantidad de dificultades que tiene concluir una obra que ha sido interrumpida y que en el medio transcurrió mucho tiempo. A veces directamente se transforma en ruina porque es más difícil reactivarla y ponerla de nuevo que dejar que quede ahí. Quedan como esos monumentos de los fracasos que se crean de esta manera”, resaltó.
Por tal motivo, Kicillof apeló a que la oposición “se siente a votar los pliegos para poder seguir haciendo más obras y ahora este edificio está listo y ahora debe estar listo para impartir justicia".