A casi 30 años de la desaparición y el asesinato de Miguel Bru, la justicia ordenó el rastrillaje numero 40 en la casa de Walter Ábrigo, uno de los policías condenados, para dar con los restos mortales del joven.
El operativo de búsqueda se inició el martes a partir del testimonio de una persona de identidad reservada y por razones climáticas se extenderá hasta la semana que viene.
En Mañana es Mejor, por Radio Provincia, Rosa Bru, mamá de Miguel se refirió al procedimiento que inició a principio de semana y se interrumpió porque “la lluvia impide terminar de investigar un pozo donde el georadar detecta movimiento de tierra y el fiscal y los antropólogos recomienda terminar de rastrillar porque parece que fue rellenado con basura”.
“Cuando me comunica el fiscal la información que había recibido quedé sorprendida porque por las características de los dos imputados: Walter Ábrigo y Justo López, siempre yo me inclinaba más por el segundo. Es más, en dos oportunidades se fue a la casa de López por la información que llegaba. Pero siempre con resultados negativos”, relató Bru y agregó que “a casi 30 años de ir a la casa de uno de los principales acusados en la causa de Miguel fue muy fuerte” visitar el domicilio de otro de los condenados.
Bru, aseguró que “jamás” sospechó que la casa de Ábrigo pudiera ser el lugar de la disposición final de los restos de Miguel y agregó que “le llamó mucho la atención” que, si no estaba en la casa de López”, cómo ella “nunca pensó” en la casa de los otros policías como posibilidad.
Seguido, aclaró: "No es que no se hayan investigado viviendas. Estuvimos en la casa del comisario Ojeda, de Ranaleta…Pero nadie había aparecido, hasta este momento, con esta versión… Y un vecino me dijo: ‘Ahora, ¿Después de 30 años se acuerda…?’ Y yo le contesté: ‘Si ahora, a 30 años, alguien dice saber dónde está Miguel; la lucha no fue en vano porque nosotros aceptamos el destino de Miguel pero no aceptamos no saber dónde está”.
Asimismo, Bru volvió sobre la posibilidad de la recompensa $5 millones para quienes puedan dar datos certeros sobre el paradero de los restos de Miguel y con amargura señaló “hasta pueden cobrar por matar”, haciendo referencia a que, de acuerdo a los testigos que vieron cómo torturaron a su hijo, “eran entre 5 o 6 policías los que participaron. Pero, luego sólo 2 fueron reconocidos” y están condenados por el hecho.
En ese marco, Rosa dijo que a menudo piensa en esos “anónimos porque ellos también saben dónde está Miguel porque estuvieron allí. Entonces por qué no colaborar y cobrar ya que ellos se pueden presentar y declarar dónde está Miguel. Además, no necesitan decir que estuvieron en la comisaría novena porque nadie los reconoció, y encima pueden cobrar $5 millones, que para un montón de gente es mucha plata”.
Además, “en 28 años que López lleva preso nunca dijo quiénes lo acompañaban. Por eso, ahora yo quisiera que le llegue que es el único que está pagando por aquello que hicieron entre 5 o 6 personas más para que rompa el pacto de silencio”, disparó. Y concluyó: “Cada vez que el fiscal me dice ‘Tenemos un dato nuevo’ lo único que deseo es que sea el último, así nosotros y Miguel cerramos una etapa ”.