En el Día Mundial de la Escucha Consiente, que se conmemora todos los 18 de julio, Silvia Bermudez, Dra. en fonoaudiología, docente e integrante del Colegio de Fonoaudiologos de la Provincia reflexionó sobre los riesgos de la contaminación sonora de las ciudades y presentó un estudio realizado por las alumnas de la Cátedra de Fonoaudiología de la Universidad Católica de La Plata.
La fecha que coincide con el nacimiento de Raymond Murray Schafer compositor y pedagogo musical que desarrolló la ecología acústica, es decir, el estudio de las interacciones de los seres vivos con su entorno sonoro. Y por ello, en contacto con la radio pública, la profesional de la salud destacó la importancia de reflexionar sobre cómo los sonidos pueden afectar a nuestra vida cotidiana.
En el aire de "La Mecha", Bermudez subrayó que el tema de la contaminación sonora es “muy importante pero subestimado por los gobiernos y por nosotros mismos como ciudadanos, que deseamos el ruido porque nos da una coraza de seguridad. Buscamos el ruido como una ilusión” o porque también el “da poder, da la senación de que, por unos minutos, tenes el control” de la calle, por ejemplo si se circula con autos con la música a todo volumen.
Asimismo insistió en la importancia de “tener minutos de silencio. No sabemos vivir en el silencio. Aunque va habiendo movimientos ecologistas que promueven a vivir más tranquilos. Y que los seres humanos podamos vivir en el silencio, escuchemos el ruido de la naturaleza y no busquemos vivir saturados”.
Seguido, enfatizó: “Hoy es el Día de la Escucha Consiente que se motoriza a partir de todos los movimientos "Slow" que promueven la escucha de los ruidos de la naturaleza, y que difícilmente pueden ser escuchados en una ciudad como esta o cualquier otra ciudad urbana que está tapada de ruidos de trafico, de los boliches…”
Finalmente, relató: “Hicimos mediciones con la Cátedra de Fonoaudiología de la Universidad Católica que está ubicada en las intersecciones de las avenidas 44 y calle 10. Recorrimos la avenida y la diagonal 74. Y registramos que los ruidos no bajaron de los 88/90 decibeles cuando la Organización Mundial de la Salud establece que para vivir en una sociedad saludable, no se puede exceder de los 75 decibeles durante los horarios diurnos y en las noches los 45 decibeles. Pero por supuesto que esto se escapa de la realidad”.