En diálogo con Espejos rotos Guillermo Saccomano, dijo consultado sobre la forma en que lo atrae un libro “me guío siempre por la escritura (antes que por la materialidad)” esperando que “al abrirlo te engancha un párrafo, una frase o una idea”.
Seguidamente contó “en los últimos años mis inclinaciones fueron más por la filosofía y poesía. Leer poesía te pone en otra perspectiva cuando ojeas un libro: es mucho más simple porque tomas el libro, lo abrís y sucede o no sucede el relámpago. Está el estallido, o no. Te tackleó, o no. Con la novela y la narrativa hay que tener más paciencia, y a mi edad, ya la paciencia es limitada. Prefiero retroceder y volver a los clásicos del siglo pasado que es el que me formó”.
Luego valoró positivamente la oferta literaria promovida por editoriales independientes. “Por ahí es desparejo lo que se publica en literatura argentina, pero se publica mucho y hay una movida de editoriales independientes. Entonces veo que se abren estos canales y es mejor que haya muchos, porque uno que se tuvo que bancar la dictadura, lo que significó la quema de libros, y la destrucción”.
En ese sentido, reflexionó “porque no son 30 mil desaparecidos, son 30 mil lectores perdidos. Eran 30 mil lectores inteligentes, en otro momento del país. Si lo pensas así nomás, parece utilitario porque estoy hablando de 30 mil lectores perdidos. Pero eran 30 mil tipos que leían la realidad social y el mundo”, por lo cuál “es mejor que se produzca este crecimiento irrestricto”.
Luego Saccomano puntualizó sobre “Cuentos reunidos” manifestando “implicó un trabajo, por suerte conté con la colaboración de Paula Peéz Alonso, una gran escritora y editora. Fue una impresión muy curiosa, hubo un momento en que me sentí muy a disgusto con los textos, pero me daba cuenta que había una cuestión sombría y de oscuridad que me perturbaba: no porque estuviera mal escrito, es que al mismo tiempo que lo iba leyendo iba revisando la historia del país, porque es una literatura realista, y ahí saltan las pérdidas y las ausencias”.
“El tema es todo lo que uno se tuvo que comer de desgracias, injusticia y los momentos más sombríos del país”, y recordó un libro suyo que ponía foco en el servicio militar obligatorio “en el contexto del caso Carrasco, Dalmaceto me dijo ‘lo mejor que te puede pasar con el libro es que se convierta en causa’. Era un libro negro, con experiencia de la colimba, el autoritarismo, ahora se le diría patriarcado o otras denominaciones nuevas que se me escapan: pero estaban ahí era el autoritarismo y facismo, un complentne que tiene la sociedad argentina y donde también salta la complicidad civil”.
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