“Pienso que odiaría perder el fetichismo por un libro. La idea de pasar por un e-book o formato de libro que no se puede tocar, leer o mirar me parece tenebrosa”, dijo en diálogo con El Refugio con Osvaldo Quiroga.
La idea de la tapa surgió de un regalo que le había hecho el artista Fardi con quién la une un lazo de amistad. “Es un artista muy complejo y bueno con las manos. Me regaló un cuaderno artesanal que se apoyaba en la palma de la mano, y empecé a escribir poesías en él”, contó. “Luego se Escaneamos la tela que cubría ese cuadernito, y con un acabadito se formó el efecto tela”.
Al referirse a una de las temáticas recurrente en el trabajo, reflexionó que “el placer es muy atacado y se lo busca domar. Cualquier placer que sea contagioso es revolucionario, y por eso es tan adoctrinado”.
También señaló que “el amor es un tópico inasible, es pura especulación. Me fascinan esas entelequias que vienen como atormentando al género humano desde hace milenios. La justicia, el amor, los productos del inconsciente, símbolos que seguimos poblando una y otra vez desde Homero en adelante. El amor es un dispositivo que se puede usar para cosas maravillosas y también para justificar cosas horrendas, se han acribillado pueblos, se ha usado la expresión crimen pasional para un femicidio”.
Finalmente Maffía planteó que su libro y su obra musical van por el mismo camino. “No creo que lo que haya expuesto en Versos sea radicalmente distinto a escuchar las letras de algunos de mis discos, por eso siento que el libro es más una extensión de obra que un salto a otro formato”.