Esteban Rodríguez Alzueta, miembro de la Campaña Nacional Contra la Violencia Institucional y docente e investigador de la UNQ y @UNLP, conversó con Sin Alarma por Radio Provincia sobre cuando protestar se convierte en un delito y en ese sentido dijo que “el delito ha ido variando en el tiempo. En los ’90 eran jóvenes que delinquían porque encontraban recursos para sostener la olla. En los últimos años hay un excedente de violencia para construir una identidad”.
Asimismo, explicó que los jóvenes que delinquen hoy en día “son de una generación donde la cultura del trabajo no los identifica y es sinónimo de precarización, de que te maltraten. No es organizador de su proyecto de vida. Muchas veces es para ganarse el respeto de sus pares”
“A los jóvenes no los vas a convocar prometiendo trabajo porque hace rato que no es el acceso a la felicidad que se sostiene con el acceso al mercado. La falta de plata no es obstáculo para consumir porque tenés acceso al sistema de crédito financiero para pagar en cómodas cuotas lo que quieras”, afirmó.
También dijo que “hay que separar la violencia de los ‘transas’ o ‘narcos’, en relación al asesinato de Fernando Baéz Sosa. “Cuando las clases medias accedieron al rugby con la expectativa moral de movilidad social hicieron macana, empezaron a usar esa violencia afuera de la cancha. Es una violencia que se utiliza para construir una camaradería, para sentirse superior”.