Consultada respecto la influencia de su lugar de residencia sobre su obra artística, la cantante, compositora, y docente subrayó en diálogo con Espejos Rotos, “no podés perder la identidad. Pienso viendo mucha gente, nuevos inmigrantes, en los primeros 15 o 20 años de vida de una persona, echás una raíz que se mete bien adentro de las piedras. Vos lo escuchás hablar a Vigo Mortensen de San Lorenzo y decís ‘este hombre echó la raíz acá’”.
En ese sentido, agregó “como artistas podemos preguntarnos si voy a seguir trabajando con esa identidad como materia de mi trabajo, y yo dije sí. No sólo porque me puedo resistir sino porque además es lo único que tengo para decir. Si yo me pongo a cantar Jazz y empiezo a dar opiniones de cómo era el Jazz en Chicago, Harlem, Nueva Orleans van a decir ‘¿qué sabés?’. Creo que por eso todavía no hice un disco de Jazz Standard”.
Finalmente habló sobre la importancia de los aportes colectivos a las obras artísticas diciendo “con la vejez empecé a saber a quién delegarle qué: decir ‘no sé arreglar esto, quiero que suene así o asá’, no sé arreglarlo pero sí quién quiero que lo haga. Delegar es eso, y respetar la música, sin pretender que uno sabe todo”.