En diálogo con Enzo Maqueira, por Narraciones Extraordinarias, en una extensa charla, la narradora, ensayista y docente contó que para su libro, tema central de la conversación, eligió una editorial cordobesa. "Fue Javier Folco su director, un lector increíble, que me contactó por correo y me propuso publicar Geografías de la lengua en formato ilustrarlo".
Jeftanovic se refirió al vínculo entre Argentina y Chile y destacó que se siente muy conectada, atraída por "una mezcla de inmigrantes que tiene Argentina". Su padre, llegó al país desde la ex Yugoslavia, en particular de Sarajevo. "A mi abuelo lo mataron en la ex Yugoslavia porque era servio, y estuvo en los campos de concentración, mi padre vino con mi madre y los tres hermanos, a los 12 años; él se dedicaba al mundo de los negocios y la cultura", detalló.
Consultada sobre la exploración narrativa entre la lengua y el lenguaje en su novela “Geografías de la lengua” expresó que al escribirla, "busqué la excusa de contar sobre una pareja que hablara dos lenguas, una excusa para explorar el lenguaje y cómo nos traducimos uno a otro, independientemente que una pareja habite el mismo territorio, la misma lengua, el mismo idioma, las mismas referencias culturales. En la relación de pareja, o en las relaciones, siempre hay un punto ciego que no entendemos o que no alcanzamos a entender", indicó Jeftanovic.
Por otro lado, relató los vaivenes del siglo XXI, al cual el tema de la tecnología y su mediación, como una de las primeras traducciones, es crucial. "En esta historia, esta pareja, cuando se encuentran físicamente, observo qué existencia, o qué comunicación virtual tienen en ese otro espacio que todos habitamos, desde que nos mandamos un chat a la mañana, son instancias de mediación distintas, y cómo uno empieza a traducirse contra el sinónimo y tratar de codificar y entender las frases, casi como paladear y deglutir las frases", afirmó.
Además, reveló cómo cambiaron los vínculos con las nuevas tecnologías: "Yo escribí la novela, y creo que en esa época recién tenía correo electrónico personal, en la Universidad, y vivía en EE.UU. Me hice la pregunta, al estar forzada a hablar en otro idioma, sobre cómo es vivir en otra lengua. Fue una experiencia que me hizo reflexionar sobre la posibilidad/imposibilidad de la traducción y también desde lo cultural". Y en particular, en la novela, "esta pareja pertenece a mundos de referencias culturales, muy distintos".
Casi como una búsqueda estética importante Jeftanovic se considera como una de esas autoras que se preguntan sobre la escritura. "De algún modo, la trama es una excusa para explorar la escritura en el misterio y la fascinación del lenguaje y también cómo uno habla o escribe, si está forzado a escribir en otro idioma. Es la pregunta por la expresión entre lo que sale de la mano o el teclado; son zonas que me interesa explorar por lo que uno siente, si son espejos, si uno es igual, hay una búsqueda por el lenguaje y los campos semánticos", argumentó.En ese sentido, apuntó que "hoy todos estamos muy situados, y parece que uno llega a la amistad o al amor, libre, solo uno y la otra persona, pero no es verdad. Uno está habitado por miedos, prejuicios, discursos de su época, por contingencia, por política y somos un poco ciegos frente a eso. Estamos mediados por una serie de otros referentes. Y sí, quise pensar en ese mundo globalizado, y con la pandemia cambió mucho, es posible tener sexo, seducción, un cuerpo por imágenes", indicó.
Jeftanovic también se refirió a la idea de la post verdad, las fake news, como "instrumentos para hacer lavado de cerebro, los bot; veo que ni siquiera las encuestas políticas leen la realidad, imaginate los autores". En ese marco consideró la necesidad de "volver a una especie de oráculo. Siento que quienes compartimos la cultura, leemos un modo paralelo, pero más contaminados, de modo que un escritor solitario, que se va a vivir a un campo, es muy difícil de pensar, cómo estamos atrapados en el algoritmo y de una serie de impulsos que llegan todo el tiempo como corriente/conciencia, interrumpidos todo el tiempo de modo que esta interrupción en la escritura la veo más fragmentado, más como una voz del nosotros que tiene que preguntarse a dónde va".
La escritora reveló su apreciación por la experiencia de vida de la chilena Gabriela Mistral a quién según Jeftanovic, "por muchos años se la puso en un rincón de autora de niños, pero fue una mujer apasionada, lesbiana, pensadora del continente, educadora que se fue a México con Vasconcelos con quien pensó la reforma educativa. Esa mujer es un milagro, no era de la capital, (Santiago de Chile), hija de madre soltera; tiene una poesía erótica maravillosa recogida en un libro epistolar “Niña errante”. También, hay un documental sobre ella “Locas mujeres” heroínas trágicas griegas convertidas. Fue una mujer budista; muchas referencias culturales habitaban en ella".
**Gabriela Mistral, Premio Nacional de Literatura de Chile. Desde su creación en 1942 sólo fue otorgado a cinco mujeres.
El feminismo en Chile
La narradora hizo hincapié a la construcción de lo que consideró "una fuerza colectiva en Chile". Relató que en ese marco, "es asombroso cómo las marchas del 8 de marzo han sido colectivas, de ir a la calle y de leernos, porque muchas veces había cierto canon, de cuestionarlo", todo. "Las jóvenes en el 2015 hicieron una gran huelga, protesta contra las universidades y los profesores, del movimiento estudiantil tomö fuerza el movimiento feminista, de demostrar cómo el patriarcado estaba también en las universidades y se formó este colectivo feminista con cierta visibilidad de empezar a leernos, de llevarnos a las clases", aseguró.
*** Intervenciones del grupo Lastesis, Chile
En dicho contexto, "había una especie de apetito de conocer escritoras. Siempre había autoras, hablo por las que venían en el Grupo Sur de los años 30, trabajos para que circulen otras historias, otras referencias. Hay una energía colectiva que empuja, pero esto no tiene que ver solo con la biología tiene que ver con compañeros, con colegas hombres autores que también están abriendo este espacio, con editores, traductores no veo una lucha entre hombres y mujeres, somos mas iguales, más colegas. Estamos generando una comunidad también aquí", resaltó.
Por lo cual, la escritora chilena observa, en diálogo con Radio Provincia que "el canon es disperso y poroso", acerca de cómo pensamos el boom de escritores y su engranaje en espacios académicos o intelectuales. "En un primer momento, Carlos Fuentes, Severo Salud, este boom es muy homofóbico porque Puig, era un contemporáneo y era menospreciado, por Vargas LLosa, quien no entendió nunca el proyecto. Y en Brasil estaba João Guimarães Rosa, Clarice Lispector y no los registraron, Helena Garro, de modo que siento que el canon es más poroso porque uno se desorienta con tantos autores, porque también hay obras sustanciosas, como también de autores", destacó.
Además, consultada sobre el movimiento que llevó al estallido de 2019 en Chile. "Hay cosas positivas", agregó Jeftanovic. "Toda la generación estudiantil llegó al gobierno, con errores y aciertos, eso se logró cristalizar en un cambio, asumir un gobierno y las universidades cambiaron el acceso. Yo veo que todos los alumnos estudian gratis, y eso cambió. Como todo hay retrocesos y avances, sin embargo, grupos uktraconservadores han tomado fuerza, que marcan proyectos por ejemplo, en temas como la Ley de Aborto, en tres causales, entonces, siempre hay avances y retrocesos no diría que todo es prístino", detalló.
Por último, Andrea Jeftanovic contó que se presentará en Desmadre , "Es un festival con distintos formatos, en el que se lee en lugares cerrados y abiertos, a mi me toca desde una reposera hablar de literatura latinoamericana. Son 18 sedes, durante 10 días, en la Ciudad de Buenos Aires, donde se hará lecturas en lugares atópicos", concluyó.
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