Adrián Magrini escritor bonaerense, oriundo de José León Suárez, nacido en 1978 visitó los estudios de Radio Provincia. Por Narraciones Extraordinarias, conversó con Enzo Maqueira y equipo en Am 1270.
Formado con la escritora Liliana Heker, fue finalista del VIII concurso de relato breve "Osvaldo Soriano" con su texto “Boliche”. Este año publicó "El trago bolche" de la editorial Falta Envido, un libro que quizás surge en la adolescencia luego un proyecto de rock fallido.
Magrini explicó que tras una etapa de experimientación personal interna, sintiendo no jugársela desde las visceras, siempre buscó "joder con los límites" como forma de ver "hasta dónde uno podría llegar". Un día, "me canse de eso, y en julio de 2015, fueron cinco años de experimentos, decidí jugármela desde adentro", detalló en los estudios de la radio pública.
Así, "fui aprendiendo técnica con Liliana Hecker, que es maravillosa pero todos los que fuimos a sus talleres sabemos que cuesta, que es un taller que requiere mucho esfuerzo. Una vuelta volví muy golpeado, no me salía un cuento, y esa frustración me hizo probar con otra cosa, metiendo el dedo en la llaga, ese cuento -El trago bolche- fue el que finalmente le da el título al libro", expresó.
Magrini, puesto a narrar por fuera de la provocación, resaltó que los cuentos “son ficciones", sin embargo sus personajes "refieren a una banda que tuve, "Puro circo", muy under, yo quería que fuera mi proyecto de vida, pero por diferentes motivos no pudimos seguir, y para mí fue una herida muy importante, se me cayó el castillo de naipes".
En diálogo con Enzo Maqueira, contó que por entonces, "nada de las cosas importantes de la vida podían cerrar esa herida, hasta que escribí estos cuentos" como una forma de catarsis, "escribir sobre esta banda", aunque sea en forma de ficción, "respiré", relató Magrini.
En su trayectoria, hay una parte de la infancia que remite a la escritura, que va más allá del vaivén entre músico o escritor. "En 1989 tenía doce años, terminando la primaria, volvía de la escuela con una sensación compulsiva de escribir y eso era terapéutico, una pulsión, llegaba a casa me ponía en un escritorio y no podía parar de escribir y escribir".
Por último, el escritor contó cómo fue que la gran Liliana Heker le asignó la categoría de "realismo absurdo" a su forma de narrar. "En general me aburre escribir demasiado serio, dramático, puede haber un drama, una tensión, pero hay un momento en que necesito reirme, me provoca algo", puntualizó. Surge entonces, de una actitud personal, "necesito en alguna parte del relato reir y el realismo parte de una situación no fantástica, donde hay un "border", pero puede llegar a ser cierto", ( para la voz narrante), "está en una delgada línea, porque es absurdo, difícil de creeer, insólito y a la vez puede ser real", cerró.
Pueden conocer más de Adrián Magrini a través de sus resdes. En Instagram @adrianmagrini5
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