Verónica Torras, fue directora del programa Memoria en Movimiento de la secretaria de Comunicación Pública de la nación y es licenciada en Filosofía.
En diálogo con Sergio Wischñevsky, en Historia Nocturna se refirió al acto que la actual diputada nacional y candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel (La Libertad Avanza) encabezó ayer por la tarde en la Legislatura porteña. El mismo tuvo como principal objetivo victimizar a los militares que participaron del terrorismo de Estado durante la última dictadura militar, la más sangrienta que tuvo nuestro país, proceso del cual aún hoy persisten sus heridas.
Por AM 1270 analizó las aristas del discurso de Victoria Villarruel y los diferentes elementos que lo componen. Por un lado, puntualizó que en sus pronunciamientos a partir de un suceso que atraviesa su padre siendo militar, construyó una organización en la cual "ha venido trabajando en las víctimas civiles de las organizaciones armadas de los años 60 y 70. En el leitmotiv de su organización, el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv) creado en el 2006", inscribe la defensa de "tanto a civiles como a militares". Por ejemplo. "su padre era militar que intervino en la represión en el contexto del Operativo Independencia durante el gobierno democrático previo a la última dictadura", y como tal, "ella asume que en función de que su padre estando internado en el comando de sanidad" a partir de una intervención quirúrgica previa a que fuera enviado a la Antártida para prestar servicios para las Fuerzas Armadas, "en ese momento se produce el atentado del ERP al comando de sanidad y termina siendo víctima de ese atentado. Su padre no muere pero en el contexto termina estando durante el tiempo que dura el atentado en calidad de secuestrado". Para la analista, Victoria Villarruel, construye un imaginario donde "su padre convaleciente en ese contexto y no combatiente", es considerado como una "víctima civil", a pesar de estar "internado en función de militar".
En ese sentido, es que la entrevistada Verónica Torras argumentó que "en función de este hecho, ella anuda esta cuestión de la víctimas civiles y empieza a trabajar en este tema, acercándose a víctimas civiles de hechos violentos cometidos por organizaciones armadas, como de víctimas militares, donde hay una especie de confusión de las cifras que presenta públicamente".
Es de considerar que para Villarruel, "los números que va presentando van variando de acuerdo a los distintos momentos en que se ha ido refiriéndose a este tema", tal como expresó Torras quien aseguró que "de alguna manera aquello ha sido su nave insignia".
Por su parte, Torras identificó que durante el acto realizado ayer en la Legislatura porteña y del cual participaron ex militares y/o familiares de los mismos, quienes no sólo participaron de la represión durante el proceso que va de 1976 a 1983, sino de la guerra de Malvinas, "ayer ella abandona esta referencia, a la que en general se refiere como -víctimas civiles-, abandona esta discriminación y habla de víctimas en términos generales". Por lo cual, "entre las personas que invita a hablar en el acto estaba Larrauri, hijo de un militar", expresó Torras.
En dicho contexto, Torras detecta un primer corolario, Villarruel "en su discurso de ayer, empieza a hacer indistinta esta caracterización", y a reconocer que "quienes serían las víctimas del terrorismo, y si uno sigue el contenido de lo que dijo en la acto, hay una caracterización, por su parte, del período previo a la dictadura, que se parece mucho a la caracterización que uno ha escuchado desde el documento final escrito por la dictadura militar antes de dejar el poder".
Así fue que "en abril de 1983 la Junta Militar redacta un documento, denominado -La guerra contra la subversión y el terrorismo-, el cual fue presentado públicamente frente a las presiones sociales, para que la Junta diera alguna explicación sobre lo que en ese momento se denominaba el problema de los desaparecidos", entonces, "los partidos políticos, los medios de comunicación e incluso la iglesia, y las organizaciones de derechos humanos hacían este reclamo a la dictadura para que explicara qué había pasado".
De este modo, quienes participaron de la última dictadura redactaron este documento como forma de clausurar la demanda de respuesta e información de la sociedad. "El documento no da información sobre qué pasó con los desaparecidos, sino que construye una serie de hipótesis sobre el paradero de estas personas: que estaban exiliadas, desaparecidas, estaban en Europa, se habían matado entre ellos; supuestas explicaciones que remiten a la caracterización que hace el documento en la etapa previa de la dictadura".
Por tanto, Torras postula que "lo que dijo ayer Victoria Villarruel es prácticamente lo mismo que uno puede leer en ese documento, es decir que su discurso es el discurso militar, el que propone a la sociedad , 40 años después de recuperada la democracia".
La actual diputada nacional por La Libertad Avanza, y candidata a vicepresidenta de la nación, "nos vuelve a colocar en el inicio del `83 y en la narrativa militar, en la explicación que los militares dieron sobre lo que sucedió en el periodo previo a la dictadura", el cual se convierte en "un documento autojustificatorio".
Finalmente, este documento en su redacción final lleva una declaración donde se aclara que nada de lo que hicieron -los militares- se puede juzgar, argumentando que se intervino de tal modo con el fin de poner a salvo la Nación. "No pidan explicaciones o información porque no la podemos dar y por otro lado, tampoco pidan explicación sobre lo que hicimos", parafraseó Torras quien agregó que "es un documento que genera un nivel de rechazo y decepción por el cual terminan recurriendo a la llamada Ley de Autoamnistía, porque se dan cuenta que el documento no era suficiente para garantizarse impunidad".A pesar de lo antedicho, desde la Legislatura, la intervención de Villarruel podría responder, tal como expresó la entrevistada a que "hay una zona de riesgo que creo que ella y su fuerza política están asumiendo, un posicionamiento donde están, entre sondeando y haciendo una apuesta, una reconfiguración profunda de la sociedad argentina".
Entonces, Torras puntualizó que lo que hay detrás es "una agenda que va más allá de la reconciliación, punto que está más cerca de la dictadura que del proceso de reconciliación que propuso el menemismo, más cerca de querer reponer en el debate público, los planteos que las Fuerzas Armadas hacían en ese contexto, incluso es posible que tenga el apoyo de algunos sectores de las fuerzas de seguridad, pero creo que también pone en tensión a las Fuerzas Armadas, que después del proceso de Memoria, Verdad y Justicia han hecho su propio aprendizaje en términos institucionales y políticos y en muchos casos tienen posiciones resistentes a volver a quedar en un lugar de protagonismo político como el que tuvieron en otras de la historia y de confrontación tan abierta con la sociedad", aseveró.
A su vez consideró que la exposición de Victoria Villarruel en la Legislatura "es una apuesta personal que tiene que ver con su historia y la necesidad de reparar la historia de su padre; una apuesta de reparación más allá de la reparación de las víctimas civiles que pone en la primera línea de su discurso, una propuesta de reparación es más integral que abarca la actuación de las Fuerzas Armadas y las fuerzas de seguridad durante la dictadura. Y no menospreció ciertos planes del candidato a presidente, Javier Milei para los cuales prevea "la necesidad de una fuerza represiva" para sostener su programa político.
Por último, Verónica Torras concluyó: “Es probable, porque si toda esta reposición de las fuerzas armadas no están articuladas con la propuesta política económica y social que implica una reconfiguración de la sociedad dando la impresión que no podrían llevarse adelante sin una situación en la que el Estado tenga que recurrir a la represión".
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