“Muchos chilenos y chilenas se quedaron en Argentina y se sienten parte de esta comunidad. Por eso, agracemos la solidaridad de países como este país en tiempos dolorosos para nuestra patria. El dolor nos ha unido” remarcó la embajadora de Chile en Argentina.
Bárbara Figueroa señaló que “Memoria es presente y futro, porque recordar de manera colectiva los hechos dolorosos de nuestra historia, nos permite no repetirlos”. Y agregó que ”es un tiempo de poner en valor, en el ejercicio de la conmemoración del golpe de nuestro país, la verdad, memoria y futuro. Es fundamental para fortalecer la democracia”.
Además, explicó que recientemente con motivo del golpe militar inauguraron en la sede diplomática “un memorial con los nombres de los 101 detenidos chilenos, asesinados durante la dictadura argentina. Era un ejercicio muy necesario, porque no hay que olvidar para tener cimientos sólidos y proyectar el futuro”.
En este tono, puntualizó sobre el clima en el país trasandino es una conmemoración distinta con, hubo sectores que han marcado una distancia en relación a las formas. Pese a todo, nuestro gobierno presentó un documento muy claro, que la democracia, debe ser siempre y nunca más la violación de derechos humanos”.
Recordemos que el 11 de septiembre de 1973, un grupo de militares encabezó un golpe de Estado contra el presidente socialista chileno Salvador Allende, e instauró una sangrienta dictadura cívico-militar de 17 años. El golpe de Estado, estuvo encabezado por el general Augusto Pinochet y las Fuerzas Armadas chilenas.
Asimismo la diplomática reiteró que hay que “poner en valor de la democracia por siempre. Por eso debemos protegerla”.
La funcionara chilena dijo que "no hay ninguna acción que pueda justificar la violación de los derechos humanos. Nada, ni por acción ni por omisión, puede violentar el ejercicio de la democracia".
Por otro lado, hizo mención al Día del Maestro y remarcó que “el ejercicio de la memoria es algo permanente y juega un rol destacado todo los actores del Estado. Hablar de estos temas en las familias, son diálogos necesarios para transformar esos espacios de silencio. La educación juega un rol activo para tener presente a la memoria. Hoy el ejercicio educacional es una tarea difícil, tenemos una labor muy importante de establecer la memoria viva y hacerla parte de la reflexión”.