Tomás Balmaceda, uno de los impulsores de la jornada contó en diálogo con Código Provincia cómo surgió la idea.
“Cuando era chico me tuve que mudar de Campana a Capital Federal porque no se podía estudiar filosofía en mi ciudad” y acotó seguido “la filosofía estaba destinada como a lo serio, lo formal y lo académico. Un poco me formé así, y con el paso del tiempo me dí cuenta que hay otras maneras donde las personas pueden acceder a estas reflexiones ideas”.
En ese sentido, consideró que “estamos viviendo en tiempos de incertidumbre política, económica y social. Pero también tecnológica, ya que no sabemos si un robot nos va robar el laburo o si voy a terminar siendo un algoritmo. En medio de eso creo que hay un refugio buenísimo en volver a leer libros de hace 20 años, y eso es un poco la filosofía”.
Balmaceda explicó “el origen de Filopalloza tuvo que ver con acercar a colegas de distintas partes del país para que se junten con gente que no es filósofa y qie tiene ganas de escuchar discutir y reflexionar”.