“Fue una alegría enorme la vuelta a escena, con toda la incertidumbre encima, pero emocionados y agradecidos de poder actuar en la sala, con presencia y sin sreaming”, dijo, al tiempo que aseguró que todas las condiciones de seguridad para prevenir contagios de covid están debidamente garantizadas.
Luego puntualizó en la obra y la particularidad de la interacción entre los actores y un mecanismo que genera una ilusión óptica de fantasmas o espíritus.
“Es un dispositivo de ilusión óptica de 1865, se llama Paper Ghost y es el antecesor al holograma. Los actores trabajan con fantasmas en escena y el espectador tiene la sensación de ver especies de personas o espíritus flotando en el espacio. Más allá de eso, la obra no sería nada sin los cuerpos presentes y el texto maravilloso de Santiago”, expresó.
“Dos semanas antes del estreno no sabía si iba a funcionar. Costó mucho porque nunca se hizo en Argentina de esta forma. Fue un riesgo, pero tomado grupalmente y vivido a veces con mucha angustia y a veces con carcajadas. En este momento la obra está en su punto más alto, realmente la conjugación de la poesía del texto, el trabajo de los actores en escena y el sistema de ilusión óptica, hay una conjunción mística entre los fantasmas y los cuerpos de los actores”, finalizó.
Fotos gentileza de La Nación y Página 12.