En diálogo con Enzo Maqueira por Am 1270 conversó sobre el imaginario social en el que se formó hasta convertirse en un lector y en un académico. "La práctica de lectura es una práctica muy envidiable, el modelo que hay que seguir. Después te das cuenta que a lo que te están incentivando es a que empieces a probar los límites de la realidad y que de pronto, esos principios sólidos, se van destruyendo".
En ese sentido, Mundo se reconoció como una persona que lee muchas horas por día. "Cree condiciones para leer y hacer otras cosas; eso implica determinada concentración. Nunca me alejé de la lectura", detalló. Y aunque reconoció que se quedó tal vez "rezagado" con la lectura literatura argentina contemporánea, lo que lee ahora pasa "por el lado afectivo". Es decir, "me llevó puesto el tsunami creativo de nuestra literatura que festejo", pues "estuve dedicado a otras cosas, entre ellas, el porno", donde "saqué varios libros", resaltó.
De este modo, el escritor consideró que "hubo una revolución editorial, en un suelo que estaba muy bien fertilizado y explotó como una especie de soja", con sus "cosas muy buenas, pero que las leo por afectividad", por lo que afirmó que "la lectura es una manera de vivir, de percibir, de soportar".
Por otro lado, Mundo expresó que hay un fracaso en el libro tal como lo conocemos. "Fue vencido frente a la digitalización de la información". Allí observó "un cambio cultural en el que estamos viviendo", en tanto que "la información pasó de estar codificada en modo analógico, -escasa y que ocupaba un montón de lugar- a ser codificada de una manera digital donde hay un exceso de información y no hay capacidad para procesarla".
Entonces "desarrollamos algoritmos para que la procesen por nosotros" puesto que "superan nuestra capacidad de procesamiento". Por ello, "para leer un libro hay que tener tiempo, tiempo para nada, para estar sentado, leyendo, concentrado", pues en el destino de la lectura, "hay algo de iniciado pero siempre hay algo de alienado", infirió.
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