En No Corras, por FM 97 Une, Natalia Ariño economista e investigadora de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), reflexionó sobre la paradoja de que Argentina produce comida para 400 millones de personas pero en el país hay 8 millones de ciudadanos que deben acudir a comedores comunitarios.
Ariño, detalló que el problema alimentario en Argentina “ es un tema profundo que tienen que ver con la distribución de la producción entre el mercado interno y externo y con el poder de compra de los argentinos. Pues muchas personas están yendo a comer a comedores porque no tienen la posibilidad de comprar productos básicos.”
En ese marco, la economista ejemplificó “cuando uno ve el Pan, no se imagina la cantidad de eslabones o etapas que hay detrás”.
“Para los panificados se necesita primero que haya producción de trigo, que involucra un montón de actividades y costos para que se pueda cosechar. Luego se pasa al molino harinero, ahí se incluyen los costos, los impuestos. Y, finalmente la panadería, que se divide en dos procesos: producción y distribución y venta; lo cual tiene un componente de producción, más sus impuestos, más los resultados económicos de cada cadena” explicó Ariño y agregó que a eso hay que sumarle también “la presión del Estado en cada uno de los eslabones. Todo esto conforma el precio del pan”.
La investigadora de Fada detalló que “El INDEC establece, que en febrero, estaba 135 pesos el kilo de pan francés. Y, dentro de ese precio hay que pensar que los costos, de toda la cadena para que ese pan llegue a la panadería están en un 60 ó 70 % del precio final que pagamos los consumidores. Luego, hay una cuarta parte, un 25 por ciento, que son impuestos, nacionales, provinciales y municipales. Y el resto es el resultado económico que tiene la cadena”
Por ello aseguró “no me parece mal revisar las cadenas de rentabilidades. Siempre hay eslabones que están mejor parados que otros. En el caso del trigo, también tienen que ver con que son precios internacionales. Y, en los últimos tiempos han sido muy buenos. Entonces, si se revisaran nos vendría a bien a todos. No sólo a todos los integrantes de la cadena, sino también a los consumidores”.