En declaraciones a Esa Hora, por Radio Provincia, el especialista y docente analizó el escenario que dejó la pandemia en relación a la salud mental. En ese sentido, sostuvo que “para los púberes, niños y niñas la pandemia tuvo un impacto mucho mayor. Al principio decíamos que este fenómeno nos iba a tener durante décadas aprendiendo” y de hecho ya se producen “tesis, investigaciones y películas”.
Levín consideró que “recién estamos empezando a sentir el enorme impacto que tuvo, también en salud mental. Vimos cómo empeoraron todos los indicadores en salud mental, aumentaron tentativas suicidas, consultas por ansiedad, angustia y depresión”.
Destacó que si bien no es la primera pandemia que padece la humanidad, sí es “la primera de la era digital” y eso le dio “un plus”, vinculado a la “infodemia, la inundación de nuestras mentes de información constante, redundante, exagerada, fake news, quemas de banderas y barbijos, negacionistas, campañas en contra de las vacunas. Es muy difícil comprender cómo se construyen las verdades y la pandemia también entró por esa puerta y todavía hay gente que no cree que hayamos transitado” por ese suceso extraordinario, indicó.
Seguido, sostuvo que “la comprensión de la salud mental como un asunto individual es otro de los artefactos de la comunicación clasemediera. La mente es un fenómeno colectivo, un producto social y también tiene que ver con el cerebro. Necesitamos del otro de manera crítica y dramática luego de nuestro nacimiento. No existe salud mental si el otro no existe e importa tanto como uno. El hecho de que la depresión sobrepase las enfermedades cardiovasculares y esté yendo al podio de todo tipo de enfermedades, sólo puede significar que hemos fracasado como civilización en el diseño de un mundo que nos contenga. Este es un mundo muy cruel y una de las violencias más fuertes es el individualismo y la meritocracia”, expresó.
El psiquiatra señaló que “la depresión es producto de un orden de cosas inaceptable”, al tiempo que reveló que cada año unas 900.000 personas se quitan la vida en todo el mundo.
“Tal vez la locura sea el precio que hemos pagado el homo sapiens por el ingreso a la cultura, en el mundo de los símbolos, por haber comprendido que somos seres mortales y deseantes”, concluyó.
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