Primeramente, respecto a la presencia de situaciones personales en sus textos, expresó “no es un principio fundante, pero es verdad que en los últimos años los textos que escribí tienen que ver con alguna experiencia que he vivido”, y se refirió al suceso del artículo publicado en Infobae “A los 38 me separé, superé un cáncer y me bajé Happn: a cojer que se acaba el mundo”.
“Intenté escribir un texto sobre las aplicaciones de citas en un tono jocoso o irónico porque estaba en un momento donde me había separado y estaba haciendo uso intensivo de esas apps de citas, y me daba gracia estas nuevas formas de socializar”, sostuvo. “Es un texto al que no vuelvo mucho, pero me permitió empezar a escribir y buscar una voz. Me permitió decir cosas que en un momento no había podido decir”.
Al cursar un tratamiento para superar un cáncer de mama, “estaba en un momento de mucha tribulación. Soy periodista, escribo hace un montón de años y sin querer como que surgió del dolor pero también de una necesidad de encontrar una voz distinta o decir las palabras públicamente, y estoy muy contenta de haberlo escrito. Me abrió un montón de cosas y me pude poner a escribir un montón de cosas sin pelos en la lengua”.
Luego consideró que “la escritura periodística siempre coquetea con la literatura, sobre todo las más blandas. La crónica periodística es un género que todo el tiempo está a mitad de camino”.