Patricia González López nació en 1986 en la Ciudad de Buenos Aires. Es licenciada en Relaciones Públicas, cursó una maestría en Comunicación y tiene un posgrado en FLACSO.
Como escritora, es autora de poemarios como "Maldad", "Otro caso de inseguridad" y su último libro, "La Traición" de la colección franco-argentina, Raz éditions (2021).
En los estudios de Radio Provincia explicó cómo fue su devenir como poeta. "Crecí con la televisión, no con los libros. Sí era estudiosa pero por las pretensiones que tenía de la poesía y el estudio". Aquello, "me sirvió para encontrarme con mi identidad: empecé a escribir sobre la familia, sobre el trabajo, el barrio, sobre todas esas cuestiones crudas que no son bonitas de leer". En medio de "esa generación de incomodidad y de denuncia constante”, explicó.
Alejada del libro, describió qué fue lo que sentía al escribir. "Me sentía distinta, con muchas pretensiones. Mis fantasías de la infancia tenían que ver con una búsqueda de vanidad. Quería saber más y a medida que fui creciendo me fui deshaciendo de todo eso. Porque el pensamiento de la televisión y otros hitos que pasaron, hicieron que me preguntara más por mí misma. El qué hacer con lo que yo soy, te hace crecer de manera más genuina", relató.
En diálogo con Enzo Maqueira y Gonzalo Unamuno manifestó los motivos de "La Traición", su último poemario. En perspectiva, quince años después, vió que estaba destinada a limpiar la casa que limpiaban su mama y su abuela (porque se la fueron transmitiendo). Estaba "destinada a ser madre adolescente, a trabajar en el chino a la vuelta de mi casa, destinada a que me traicionen", describió. "Mi abuela a los 15 años me dijo: -si llegas embarazada no pasa nada. Tu mamá y yo pudimos. Y si te engañan no importa: todos los hombres engañan. El trabajo es lo más importante-. Y así una serie de axiomas de la vida donde todo indicaba que me iba a ir mal".
Por lo cual, “que me vaya bien, o que no me vaya como a mi mamá y mi abuela, con toda su preocupación”, era traicionar un destino. Entonces, “cuando quise escribir un poema de amor, no podía escribirlo, me daba vergüenza leerlo, era otro caso de inseguridad, querer morirse, toda la depresión, sentí que se perdía mi carrera”.