Fabián Cattanzaro, secretario gremial del Sindicato de Trabajadores de Vialidad, habló con La Mecha por Radio Provincia sobre la situación que vive el sector tras el resultado electoral. Por tal motivo, la Federación del Personal de Vialidad Nacional (FEPEVINA) se declaró en estado de alerta y asamblea permanente “en defensa de nuestros derechos y de nuestros puestos de trabajo” y anunció un Congreso Extraordinario “para evaluar y determinar los pasos a seguir”.
Al respecto, indicó que “la obra pública es un disparador ante los dichos de Javier Milei y su futuro ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, quienes mediáticamente dicen que van a parar la obra pública, pero, por otro lado, hacen declaraciones diciendo que van a volver a otros modelos. Entonces, queremos aclararle que la obra pública es todo. Nos están proponiendo cambiar la forma de gestionarla”.
“Aunque una ruta la haga un privado va a ser pública y se banca desde lo público. Nos proponen volver al sistema nefasto de concesiones y a la participación pública privada que hace 4 años tuvimos la experiencia. Con ese modelo se buscaba generar mayor diferencia y un gran negocio para las financieras que bancaban estos proyectos. Por eso, estamos en estado de alerta ya que a nosotros nos puede generar un prejuicio y salimos a defender y bancar una fuente de trabajo porque en vialidad no sobra nadie”, resaltó.
En tanto, explicó que “queremos alertar a la sociedad lo que se está planteando por abajo. Cuando nos dicen que va a haber un modelo de obra pública a la chilena nadie sabe qué quiere decir y es invertir donde solo es rentable, no entendiendo a la obra pública como un bien social sino como un negocio. En el gobierno de Macri cuando se llevó a cabo este modelo de participación público-privada territorialmente abarcaba un tercio del país. Hablamos de soberanía, territorialidad. Nuestra preocupación es cómo se van a hacer cargo de esto”.
No obstante, sostuvo que “estos modelos que están promoviendo fracasaron en todo el mundo y la diferencia es casi 10 veces el valor de la obra. Acá hay disfrazado de ajuste y achique del Estado un proceso de trasferencia de recursos hacia estos sectores concentrados de la construcción”.
Asimismo, aclaró que “las obras no se hacen a dedo, se licitan, analizan los costos y las ofertas y en ese modelo chileno hay mucha discrecionalidad en la asignación de las obras. Hay muchos vicios. Bajo las PPP anteriores no se llegó ni al 2% del avance de las obras viales porque de las otras no se arrancó nada y su costo original fue de U$D 5 mil millones, es decir, triplicó su valor. Eso tuvo que desactivar Katopodis cuando llegó”.
Por este motivo, señaló que no son “tira piedras contra el gobierno, tampoco queremos ser un estorbo para un nuevo proceso que eligió el pueblo. Solo advertimos e invitamos a debatir lo que hoy nos están proponiendo. Percibimos un clima muy enrarecido previo a la asunción de abrir tantos temas dolorosos para la sociedad, además de una gran incertidumbre”.
Para terminar, precisó que hay 3000 obras activas que generar un malestar como transmite la cámara de la construcción porque si se para la rueda están en peligro 200 mil puestos de trabajo que genera la obra pública y otros 300 mil que genera la cadena de valor. Si la rueda se para, la contratista deja de cobrar y lo primero que hace es recortar desde el lado de los sueldos. Una obra que se para empieza a tener un desgaste y nos termina saliendo más caro”.