El excombatiente de Malvinas Ramón Garcés compartió su historia durante la guerra en diálogo con Días Distintos, por Radio Provincia.
A 39 años del conflicto bélico mencionó que, como tantos otros chicos, tenía 18 años cuando arribó a las islas y que fue convocado mientras estaba cumpliendo el servicio militar obligatorio en la IX Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia.
El 1º de mayo, a un mes del desembarco, fue dado por muerto en el marco del ataque inglés a Darwin, aunque esa falsa información, afortunadamente nunca le llegó a su familia, según reveló.
“Vivía a cien metros de la primera brigada aérea de El Palomar y me llevaron en avión a 9 mil kilómetros de mi casa, en Comodoro Rivadavia. Con muy poca instrucción me pusieron en un grupo de artillería antiaérea y me dieron dos clases en un pizarrón de cómo manejar un cañón antiaéreo que no conocía ni en fotos”, manifestó.
“Al poco tiempo dijeron que ese grupo se tenía que trasladar a Malvinas (…) y llegamos un martes 13 de abril a Puerto Argentino hasta que nos trasladaron al lugar donde combatimos una de las batallas más sangrientas de la guerra”, puntualizó Garcés.
Seguido, consignó que “el 1° de mayo fue el primer ataque aéreo británico que primero se dio en Puerto Argentino y luego donde estaba yo, que era Pradera del Ganso. De sorpresa atacaron, dicen que el objetivo era bombardear la pista de césped para sacarla de circulación y al encontrarse con todos los aviones Pucará en la cabecera de la pista, fueron contra ellos”.
Garcés relató que “yo estaba con mi cañón antiaéreo atrás de los aviones, así que cuando pasaron los británicos, la onda expansiva me arrojó 8 metros por el aire y caí desvanecido junto con montón de militares y soldados. Hubo siete suboficiales fallecidos, un piloto, fue un momento muy terrible. En ese contexto me pusieron en la lista de los muertos”.
“En realidad estaba en medio de los gritos, los heridos, empecé a ayudar. Me enteré días después de que estaba en la lista de muertos. Se armó un lío para que la información falsa sobre mi muerte no le llegara a mi familia. Después de que nos tomaron prisioneros seguía estando en la carpeta de los muertos”, indicó.
El excombatiente señaló que “diez años después, cuando nos dieron la mísera pensión, yo no figuraba en ningún lado así que tuve que hacer un trámite. Con el documento en la mano me decían que no podía hacer el trámite porque estaba fallecido”.
“No hay que olvidarse que había una genocida dictadura gobernando el país y que ese entorno para quienes éramos jóvenes era muy complicado. La posguerra fue muy complicada, los ingleses nos dejaron en Montevideo y de ahí nos trajeron a la escuela de Suboficiales de Ezeiza donde pasamos individualmente por el servicio de inteligencia de la fuerza aérea donde, con un arma arriba del escritorio, nos decían que no podíamos hablar de nada bajo amenazas”, significó.
En Malvinas “hubo torturados y estaqueados, ese plan sistemático de la dictadura se trasladó a las islas y no querían que esas cosas se sepan. Pasamos hambre, yo perdí más de 14 kilos, todos desnutridos, muertos de frío, fue un desastre. No querían que se sepa que por tratar de conseguir una oveja para comer los estaquearan, torturen, sacaran los borceguíes y les pongan los pies en el agua congelada. Fue de terror”.
Garcés consideró que la reivindicación de los excombatientes comenzó con Néstor Kirchner. “Si bien hubo casos que quisieron tratar de dar algún reconocimiento, no era una cuestión de Estado. Se aprobaron leyes que no se cumplieron (…) y en cada lugar los gobiernos hicieron muy poco. Se acuerdan para esta fecha, para dar una medalla a los de su pueblo y yo no voy a buscar ninguna”.
“Menem dio una pensión que era una miseria, pero cuando asumió Néstor Kirchner -que nadie sabía quién era- le dio un impulso y fui a hablar con él porque había proyectos para jubilación y nos querían asociar con sueldos de cabo del ejército y obra social de los militares, pero nosotros éramos civiles”, relató.
El entrevistado afirmó que “tuve la suerte de que el presidente Kirchner me recibiera, le gustó mi proyecto y junto a él estaba Alberto Fernández, a quien le dijo que le diera un mejor formato para llevarlo al Congreso y lo recibió una senadora que le dio el impulso. Con el tiempo me enteré que la senadora que lo impulsó era Cristina Fernández. A partir de entonces todo empezó a cambiar. Se recuperó la ESMA e inauguramos el Museo de Malvinas, que significa mucho”.