Carina Kaplan, profesora de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de La Plata, doctora en Sociología de la Educación e investigadora del Conicet conversó con Sergio Wischñevsky sobre dos formas de violencia que vislumbra en las escuelas.
Kaplan relató que tras una investigación elaborada en conjunto con la UBA, la UNLP y el Conicet sobre las violencias en la escuela "distinguimos las violencias físicas de las simbólicas a través de testimonios de jóvenes estudiantes de la provincia de Buenos Aires".
En ese marco, "lo que advertimos es que detrás de estas violencias hay mucho sufrimiento". Entonces, "empezamos a elaborar la idea de que la violencia en la escuela es la expresión o signo de un dolor social".
La docente e investigadora puntualizó que "cuando los estudiantes decían, -le pego a mi compañero porque es negro o porque es pobre- veíamos como incide la trama afectiva y los sentimientos, y las denominamos dolor social".
De este modo, "nos abocamos a pensarlo sobre todo porque asumimos que estamos frente a efectos socio psíquicos de la pandemia. Es decir, que la escuela necesita reconstituir el tejido social, los vínculos para que no predomine la violencia, sino el diálogo, la conversación para poder educar la sensibilidad del otro".
Kaplan aseguró que en sus investigaciones "aparecía el sentimiento de soledad, exclusión" común en la adolescencia y en la juventud, edad en que "es muy importante el lugar que ocupan los pares generacionales, los compañeros, los amigos".
Entonces, dichas actitudes, "rebajaban su autoestima, en contra del rendimiento escolar y lo que vimos es que no es sólo la violencia contra los demás, sino un tipo de violencia que me parece muy movilizante, la violencia contra el propio cuerpo, autolesionándose, autodestruyendose, teniendo prácticas de roce con la muerte", advirtió.