En diálogo con 6 grados de separación Federico Storani recordó a Raúl Alfonsín “como un ser humano entrañable, muy cálido en el trato y con una personalidad fuerte, pero a su vez muy cordial que permitía un debate francamente democrático, ya que escuchaba mucho e incorporaba las cosas que escuchaba. Eso lo mantuvo desde que lo conocí hasta sus últimos días de vida, siempre era muy receptivo y cuando hacía reuniones yo estaba entre los privilegiados que era convocado para reflexionar sobre la política y sacar algunas conclusiones de manera colectiva”.
Seguidamente se refirió a la posición del radicalismo en el contexto de los movimientos guerrilleros que emergieron para contrarrestar la avanzada de sangrientas dictaduras en América Latina.
“Claramente estaba en boga en ese momento los movimientos de guerrilla, la famosa teoría del foco rural y urbano, en general esto abrevaba de fuentes diversas. El fracaso de la guerrilla del Che Guevara en Bolivia hace que muchos adopten la estrategia de la guerrilla urbana. La juventud radical discute esto, y la mayoría planteó que el camino era recuperar la democracia. Pero un contingente importante de origen radical (entre cuyos miembros destacó a Santucho) fue a engrosar las filas del ERP”. En ese sentido, acotó “fueron las formas de resistencia a una dictadura militar sobre la que muchos decían ‘es imposible si no se los derrota militarmente porque aún el gobierno más virtuoso que nosotros considerábamos que era el de Arturo Illia, que había tenido los mejores indicadores económicos, educativos, culturales, son derrocados”.
“La derecha era delirante y muy autoritaria, y algunos resabios de eso han permanecido. Creo que la Coordinadora tomó el camino correcto de una lucha política tratando de contener. Nuestro planteo eran elecciones libres sin proscripciones ni condicionamientos, una de las grandes reivindicaciones y banderas que llevó Alfonsín”, remarcó.
Storani argumentó que una de las razones por las cuáles Alfonsín se erigió como el candidato con mayor consenso popular para liderar la recuperación de la democracia tuvo que ver con su posicionamiento frente a la guerra de Malvinas. “Alfonsín salió a cruzar la postura del gobierno militar acusándolo de oportunista, de la misma manera que lamentablemente aprovechó Margaret Tacher en el Reino Unido, que estaba siendo fuertemente resistida por el sindicalismo y el partido laborista. Teníamos una dictadura sangrienta, muy represiva, Alfonsín no confundió las cosas y tuvo una suerte de reivindicación. La sociedad estaba cansada de tanta muerte, tanta violencia, y tanta sangre, y vió en Alfonsín un emergente democrático, que más que una salida era una entrada a la vida”.
Luego el dirigente dio su postura sobre cómo abordar el tiempo que viene, con el ascenso al gobierno de una fuerza neoliberal conservadora de corte facista.
“Es necesario volver a poner en la superficie con mucha energía, fuerza y militancia el debate cultural. Una nación no es un conjunto de individuos en un territorio, son los lazos de solidaridad más estrechos entre los miembros de una comunidad. Acá ha sido desterrada la palabra nación, este (por el presidente electo Javier Milei) es un curioso autoritario que no tiene una pizca de nacionalista, sino que es un planteo individualista a ultranza”. El pensamiento de Milei se basa “en una escuela austríaca que es un disparate de la A a la Z y no se ha podido aplicar en ningún lugar del mundo. Pero cultiva eso. La palabra solidaridad ha sido desterrada como mala palabra, y la participación del estado como regulación para tener algún nivel de equilibrio y proteger vulnerables y que no se den asimetrías existentes”.
Javier Milei caracterizado como el "súper héoroe" Ancap (anarco capitalismo)
“Hay un debate que hemos perdido las fuerzas populares de distintos orígenes. Lo que hay que recuperar son esas raíces sin sectarismos. El Peronismo tendrá que recuperar y reverdecer su doctrina Social - Cristiana y el Radicalismo su doctrina Social Demócrata, y converger” dijo Storani.
“Veo positivo en que esto puede llegar a dar una reconfiguración, porque por primera vez una derecha neoliberal en lo económico, pero con sesgos autoritarios en lo político asume. Esto ya se probó y ya no resultó, no son ideas nuevas, es una lógica fanática, antigua por lo tanto concluyo que hay que empezar por recuperar culturalmente un debate donde nosotros reivindiquemos nuestras raíces, y entonces volver a hablar como instrumento convergente del famoso Tercer Movimiento, los pensamientos que abrevan pensamiento nacional y popular con arraigo y sensibilidad social que vayan convergiendo. Se ha juntado toda la derecha dura neoliberal y la autoritaria, no les doy el changüí que hay pelea entre Macri y Milei, son lo mismo, expresan el mismo proyecto. Macri le dijo a Vargas Llosa haría lo mismo, pero más rápido: esa es una proyección metafórica de la motosierra. Son detalles, expresan el mismo proyecto, y es bueno que lo expresen porque ahí están, y de este lado todavía no estamos. Ese es el gran desafío que tenemos”, concluyó.