En diálogo con 6 grados de separación Facundo Arroyo se refirió al trabajo donde reconstruye la serie de conciertos de Mercedes Sosa en el Teatro Ópera que comenzaron el 18 de febrero de 1982. Los recitales que marcaron el retorno de la cantora popular tras 5 años de exilio a la Argentina fueron recibidos fervorosamente por el público.
“La participación del público es muy importante en la grabación, seguramente sin tener mucho acceso a datos porque no existen, el registro en vivo de esos recitales sea el disco más vendido de la música popular argentina. Lo era, hasta que Daniel Grinbak vendió los derechos a los 9 meses”, dijo Arroyo, al tiempo que contó que el estallido del público al momento de cantar la frase “y un millón de manos que me aplauden” de la canción “Cuando ya me empiece a quedar solo”, acompañada por Charly García en el escenario, motivó la elección del título de su trabajo.
La versión de "Cuando ya me empiece a quedar solo" que inspiró el título del trabajo del periodista
“En mi infancia Mercedes estuvo siempre, mi madre es fanática. De hecho, el libro está dedicado a ella porque había un cuadro de Mercedes abrazando a mi mamá. Al principio no le daba tanta trascendencia, pero con el tiempo en términos simbólicos lo fui valorando y quizás haya sido la semillita para hacer un libro, no de Charly, Fito o Spinetta, sino de Mercedes Sosa”, sostuvo.
Luego consideró “una hazaña” la concreción de los recitales de la artista popular en plena dictadura cívico militar. “No estaban dadas las garantías de seguridad, y creerle a las autoridades de facto con quienes Grinbak y Fabián Malthus en las conversaciones previas al show era complicado. La única convencida de que eso se podía hacer era Mercedes, todo su equipo estaba muy preocupado y con razón, de hecho, cuando termina de hacer la serie de presentaciones con 13 shows se tiene que exiliar durante varios meses. Recién después de la guerra de Malvinas y con la apertura democrática en el horizonte se pudo realizar el cierre en el estadio de Ferro”.
Las amenazas y la presencia de servicios de inteligencia en cada uno de los shows eran una constante. En ese sentido, “que todo el mundo se haya arriesgado a juntarse por primera vez en dictadura en un teatro, además de que estaban agotadas todas las entradas quedaba mucha gente afuera y eso a los militares no les gustaba, fue una hazaña”, remarcó.
Finalmente reflexionó sobre su vocación manifestando “desde muy chiquito sabía que iba a ser periodista, la música es mi pasión, es lo más importante que tengo en mi vida y también me formó como persona. Es una elección de vida porque al oficio trato de representarlo de la mejor manera, me esfuerzo para que lo que hago sea de calidad y eso generalmente no tiene una devolución económica que pueda sostener una vida en el año 2023, en La Plata Buenos Aires, Argentina. Así que como es mi pasión elijo seguir ejerciéndola, y voy a hacerlo hasta que me muera. A las pasiones hay que respetarlas y darles de comer porque son las que nos dan y alargan la vida”, concluyó.