Oscar Oszlak, investigador del Centro de Estudio de Grado y Sociedad del Área de Gestión política, explicó en diálogo con Todo Este Ruido que al Estado “hay que analizarlo históricamente porque ha atravesado entre democracias y procesos militares. Los gobiernos democráticos han sido de distinto signo político y todo nuevo gobierno se casa con la burocracia existente y como todo nuevo matrimonio cría hijos institucionales y a veces no funcionan del todo bien. Normalmente no se revisa cuál es la burocracia que se hereda”.
Al ser consultado sobre la herencia que reciben los gobiernos, Oszlak remarcó que “la gestión pública es el presente continuo, no hay futuro pero tampoco hay pasado. Se toman medidas diariamente y si no se sabe a dónde se va. Hoy en día tenemos un aparato que no ha sido revisado y que no se sabe el valor público que produce. Hay organismos donde hay faltantes, unos que funcionan muy bien otros que son escuálidos y otros eficientes”.
Por otra parte, sobre la impronta del gobierno actual indicó que “si se deja todo al mercado y si hay posiciones dominantes el Estado tiene que intervenir regulando porque si no hay regulación es dejar al zorro cuidando el gallinero”.
En otro aspecto, destacó que “la reforma del Estado tal como se la concibe no es una reforma sino una minimización del Estado porque aplica un achicamiento que no quiere decir que es mejor sino que se disponen recursos para otra cosa. Una reforma del Estado que aspirara a un mejor Estado debería mejorar la performance de las empresas públicas”.
Por último, aseveró que “la norma que llevan al Congreso para privatizar empresas y convertirlas en S.A”. En este gobierno habrá un número superior de secretarías que en el gobierno de Menem destacó y marcó que