Liliana Kaufman es doctora en psicología, licenciada en psicopedagogía y fonoaudióloga. Con Osvaldo Quiroga en “El Refugio” habló de su libro “Encuentros con un niño ¿autista? Seis pétalos para una terapeuta”, que escribió luego de tratar a un niño durante 4 años.
Por Radio Provincia, la especialista reveló que todo surgió cuando, “en la última sesión le pedí que me dejara de regalo un dibujo para recordarlo y fue muy impactante porque, muy decidido, agarró un lápiz y trazó una especie de flor de seis pétalos y adentro de cada pétalo un signo que, como no terminaba de dilucidar, le pregunté qué querían decir”.
Ante la pregunta, “me miró asombrado y me dijo algunas palabras como: oscuridad, agua, viento, tierra, luz”. Al tiempo que las pronunciaba, “iba girando la hoja como si pasase de la luz a la oscuridad y de la oscuridad a la luz como un caleidoscopio, reproduciendo lo que nos pasa a los seres humanos que podemos vivir sentimientos que empiezan, se transforman y vuelven nuevamente a empezar. Con ese enigma me quedé y tuve que pensar muchos años cómo iba a interpretar ese dibujo”.
Kaufman admitió que “hay mucha estigmatización sobre los niños autistas, en el sentido de que cuando viene un niño con un rótulo y te dicen que es un niño autista, tanto los padres como las personas que lo rodean, empiezan a verlo de acuerdo a lo que dice ese diagnóstico. Entonces dejan de lado su ser niño y lo ven con sus categorías diagnósticas. Así nos alejamos de la posibilidad de entender lo que nos dice, porque lo ponemos en cajitas para ver qué sentido tiene lo que nos dice”.
Señaló que cuando escribió el libro, “hice el camino inverso: fui interpretando sus palabras alejándome del estereotipo del autismo y tratando de entender cuáles eran las resonancias afectivas que tenían en mí, para poder concluir que lo que me estaba expresando forma parte de los sentimientos y emociones que tenemos todos los seres humanos”.
“En el libro se narran sesiones, los juegos que realizó, las entrevistas, los temas que trabajé con sus padres y cómo a partir del trabajo que hicimos ellos pudieron descubrirlo como niño y él pudo salir de su encierro porque estaba muy estigmatizado”, precisó la autora y psicoanalista.
Destacó seguido que “lo importante son las transformaciones, el autismo no es una enfermedad, es una manera de ser que abarca distintas áreas de su personalidad. Hay chicos que tienen muchas dificultades en su interacción social, en la comunicación, en el lenguaje, tienen conductas extrañas y reaccionan fuertemente ante determinados estímulos”.
Consultada sobre cómo reacciona cuando se la compara con el neurólogo Oliver Sacks, indicó: “él siempre fue muy admirado en cómo describía sus casos clínicos, los escribe de una manera particular, historizando la vida de cada paciente. Yo tomé de su manera de narrar, pero a diferencia de él, le quise dar voz a lo que a mí me pasaba, no sólo lo que le pasaba al niño”.
En ese marco, añadió que “me pareció enriquecedor hablar de mis propias resonancias afectivas en la interpretación de lo que a él le iba sucediendo, que de alguna manera tenía que ver con poder incluirlo en lo que nos sucede a todos los seres humanos”.
Kaufman sostuvo que el tratamiento del niño que fue insumo para el libro, fue “muy intenso y gratificante porque se iban produciendo muchos cambios en su devenir y en los padres. Cuando decido empezar a leer el dibujo, cuando habla de oscuridad, empiezo a pensar qué habrá querido decir. En ese momento, tanto los padres como él tenían la dificultad de salir de ese diagnóstico que lo borraba como niño y yo empecé a pensar qué resonancia tenía para mi la palabra oscuridad. Descubrí cosas de mi propia infancia cuando intentaba revelar un sentido a su dibujo”.
“En el libro hay un paralelismo en relación a cómo yo también transité de la oscuridad a la luz en cosas que tenía dormida de mi propia infancia. El aporte del terapeuta muestra que el libro no sólo es interesante para profesionales que están en el tema, sino para cualquier persona interesada en ver qué ocurre al interior de un tratamiento y qué le pasa a un terapeuta mientras va trabajando”, significó la entrevistada.