Victoria García Jolly nació en Ciudad de México, allí se graduó como Diseñadora gráfica en la Universidad Simón Bolívar.
En diálogo con Enzo Maqueira por AM 1270 nos habla de la revista Algarabía de la cual es fundadora y actualmente su directora de Diseño. Además, en su faceta de escritora, nos cuenta que acaba de publicar "La desintegración del ser" libro que incluye 52 cuentos de minificción, género al que se dedica con mucha fascinación desde chica.
"Este libro es el trabajo de seis años. Cuando empecé a juntar los cuentos tenía la intención que todos fueran de humor negro, algo que caracterizara mi escritura, mi literatura pero se vino la pandemia, y ciertas tragedias personales", explicó.
Entonces, algo que posteriormente cobró fuerza fue la combinación de elementos. "Navega entre el humor y la tragedia, entre la fantasía y un poco mucho se mete en la realidad", detalló.
Publicado por la editorial Mango Manila, La desintegración del ser "brinda una oleada decreciente que cimbra en lo más profundo de la imaginación y el confort. Apto para mentes adictas a la inquietud". Es un texto que "integra todos los cuentos" y lo que le da razón de estar todos juntos "es lo que aquí en México decimos: -lo que valió más- desde un desencuentro amoroso hasta la explosión del universo" como temáticas fundamentales.
A su vez, la autora García Jolly explica que "cada uno de los cuentos, en todos, por alguna situación, la cosa ya fue, no tiene para dónde mejorar, es una situación final".
Consultada por el género, la microficción como la conocemos en Argentina, con representantes como Raúl Brasca o Ana María Shua, "en México minificción, es el mismo género y cada vez que nos juntamos viene la discusión", puntualizó. "Agustín Monsreal (escritor mexicano) se apega a decirle minificción porque cuando empezó a practicarse el género había una revista en México que se llamaba El cuento que dirigía Edmundo Valadés. En los años 65 y 67 se hacía todo a mano. Cuando le sobraba espacio en las páginas de la revista metía pequeños relatos que encontraba escasamente por aquí, por allá". Fue así que "a esa sección la llamaba minificción".
Sobre su quehacer, la entrevistada dijo que se dedica desde chica a escribir de este modo, y con estas carcateristicas. "Yo no sabía que existía la minificción, desde chiquita tenía libretitas en mi bolsa, en la mochila, y mientras esperaba el autobús escribía lo que se me ocurría en una paginita y jugaba a que se terminara en la misma página, hasta el último renglón. En 2018 me animé a publicarlos gracias a que había conocido a uno de los grandes exponentes de la minificción, René Avilés Fabila. Para mí es natural, es lo que yo escribo".