En ese marco, apuntó que "es una ley que surgió en Francia con el ministro Lang (Ley Lang sancionada en Francia en 1981) y se replicó en muchísimos países".
Por tanto, López Winne afirmó que "la ley estipula al decir que el precio de los libros lo establecen las editoriales, que todas las librerías tienen que vender el libro al mismo precio", entonces "es justamente la competencia en cuanto al servicio que brinda la librería" aquello que está en discusión "y no una competencia por el precio y las rebajas que pueda hacer la librería”.
En ese sentido, expresó que lo que se fomenta es "que las librerías de barrio puedan competir con un gran conglomerado por el servicio y no por el precio".
Además, recordó que "en las librerías más chicas que son las que acompañan al movimiento editorial independiente hay un montón de esas editoriales que no se rigen por la lógica del bestseller al momento de publicar".
Entonces, surge allí "la posibilidad de que una librería sostenga la exhibición, la disponibilidad de una cantidad de libros que tienen una rotación entre lenta y media y que forma parte de un acervo cultural", detalló López Winne. Por lo cual, aseguró que "eso está estimulado por una ley que los protege porque si esa ley no existiera, si la lógica que rigiera fuera la competencia, probablemente las librerías más chicas desaparezcan y la lógica best seller, termine imperando".