Fernando Krapp y Damián Huergo son los autores del libro ¡Viva la Pepa! de la editorial "Ariel". El material parte de una investigación que indaga la exploración de ampollas de LSD utilizadas en psiquiatría durante la década de 1950.
En diálogo con Nacho Pereyra León por AM1270, Krapp explicó que "es una historia poco conocida, incluso para muchos psicoanalistas" y aclaró que la investigación surge porque "no tenía idea que una parte de la psiquiatría en Argentina tuviera este conocimiento oculto".
El libro entonces se basa en descubrir tres hipótesis que llevaron a tal ocultamiento. En primer lugar, se cree que fue “la demonización del ácido lisérgico a nivel mundial (LSD) en los años 60 o 70", momento en que "se inicia una campaña muy fuerte por parte de Richard Nixon a la cabeza en Estados Unidos donde se intenta utilizar el LCD como chivo expiatorio para calmar o ajusticiar otras causas sociales".
En segundo lugar, en el caso particular de Argentina son en especial "cuatro psicoanalistas Alberto Fontana, Luisa «Rebe» Álvarez de Toledo, Francisco Pérez Morales", quienes "nucleados alrededor de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) descubren esta droga" la cual "traen de los laboratorios de Suiza" y utilizan "como una forma de experimentación dentro de sus terapias".
Este grupo enmarcado en la APA propulsó el uso de "la droga en un informe muy extenso en una conferencia y una publicación" los cuales "generaron una controversia interna" al decir que "era un coadyuvante que acortaba los tiempos de terapia". Y, por otro lado, "la APA era un institución formal que mantenía la batuta de la formación con sus propias normas". Por entonces, "Paco Pérez Morales fue expulsado y Alberto Fontana renunció", expresó Krapp.
Ambos psicoterapeutas "abren sus propias clínicas donde experimentan con estos coadyuvantes hasta que cae la prohibición vía Estados Unidos y se empiezan a usar otros como mescalina o psilocibina". Este período se extiende "hasta la llegada de la dictadura cívico militar donde muchos psiquiatras quemaron las historias clínicas o rompieron las ampollas" dado que gente que "se atendía en estas clínicas tenía algún tipo de vinculación ideológica o participación política más extrema".
Por último, el entrevistado describió la tercera hipótesis que lleva a pensar los porqués del ocultamiento del LSD en terapias coadyuvantes en Argentina. Krapp junto a Huergo observan que “es la interna del psicoanálisis en la ciudad de Buenos Aires con la llegada de Lacan a la Argentina" cuando "a través de la Asociación Lacaniana fundada por Oscar Masota "se sacó" de encima a muchos de estos psicoanalistas o psiquiatras quienes tenían una inclinación de la escuela inglesa de Melanie Klein (...) lo que llevó a un silenciamiento indirecto a través de la terapia de Lacan".