Seguido, consideró que el DNU y el proyecto de Ley Ómnibus “no sólo impactan sobre el empleo público y las universidades” sino que también “socavan los cimientos de la Constitución Nacional”. En ese sentido, graficó que “ni siquiera hay dos bibliotecas, como sucede en el derecho, donde uno dice una cosa y otro puede decir otra. Cualquier experto conocedor del derecho constitucional y administrativo plantea exactamente lo mismo sea cual fuere su procedencia ideológica. Se pretende volver a un modelo del siglo XIX, al que ni siquiera lo respeta, porque la Constitución Argentina de 1853 está basada en un trípode que por un lado la propiedad y la libertad, pero también la igualdad ante la ley”.
Consultado respecto a los alcances del paro, el legislador opinó que “el primer impacto es que hoy se cayó la sesión de la Cámara de Diputados (...) el gobierno está apurado con esto”, y calificó como “extravagante” el dictamen firmado “por los votos blandos o amigables” por parte de la ‘oposición dialoguista’, ya que “de 55 firmas 35 votaron en disidencia”. Ante ello, parafraseando uno de los slogans mediáticos utilizados por oficialismo ´No la ven´, subrayó: “Me parece que el gobierno tiene que verla”.
“Usted no puede aceptar un cóctel tan explosivo sobre los trabajadores y la clase media argentina. Muchos votantes de Milei hoy están mirando las cosas con desconfianza”, dijo el exministro de Transporte, “porque si le aumentan a 40 días la nafta un 400%, si le aumentan las tarifas, si le agregan retenciones a la producción, impuesto a las importaciones y le quieren privatizar 41 empresas sin ningún informe ni criterio”, es una consecuencia lógica.
Por último, sostuvo: “Respetamos la voluntad popular, pero el Presidente no puede hacer lo que quiere a partir de ganar una elección. Argentina tiene leyes, normas y una Constitución”.
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