Paz Cerviño, una de las sobrevivientes de la masacre de Cromañón dijo que aquella noche "la revivía más seguido, ahora empiezo a revivir cuando se acercan los aniversarios, me empieza a pegar fuerte y de distinta manera" porque "no es lo mismo tener 19 o 20 años y cumplir el aniversario".
En diálogo con Nacho Pereyra en Verano y Humo por AM1270 señaló al respecto de la banda Don Osvaldo de Pato Fontanet: "Festejo que sea uno de los pocos bastiones de rock y de resistencia para una generación un poco más chica que no lo vivió y tal vez necesita estos espacios que quizás nosotros en los 90 y principios de los 2000 eran moneda corriente".
Por ello, destacó que las heridas las pudo sanar a través "del tiempo, la terapia y la adultez. Y aunque dejamos de encontrar esos espacios de resistencia que los encuentro en otros pibes, hoy lo abrazo en vez de criticarlo, lo empiezo a ver desde otra perceptiva", afirmó.
Las criticas alrededor de lo que sucedió rondan entorno a que "estoy viva a diferencia de otros compañeros que ya no están". Tal como resaltó "hay un antes y un después en nuestra vida" son "cosas que no nos tendrían que haber pasado. En lo personal, el miedo a seguir, sabiendo que el peligro es inminente, cuando uno es adolescente no existe el peligro, uno es inmortal. De adulto empezamos a tener esa idea de la muerte" como posibilidad, y "eso te cambia un montón sobre cómo vivís".
Por último, habló de las redes de contención como la familia y amigues. "Fue muy importante para poder sobrellevar esto. Cada 30 de diciembre se hacía una movilización en Once para estar todos juntos. Sin redes hubiera sido casi imposible poder sostener estas cosas".