Al respecto, señaló que “fue casi terapéutico porque fue la forma en la que salimos de esa situación traumática” y por lo tanto sostuvo que “todo empezó a partir de una amistad”. “Tanto en Italia y en Argentina encontramos puntos en común” como “olvidarse de detalles de esa situación”, remarcó.
En ese sentido, manifestó: “Decidimos incluir esa parte del tabú social” - en relación a aquellas personas que acceden a un aborto- porque “es tan grande”, en el caso de Italia donde la interrupción voluntaria es legal desde 1978, “que no encontramos mujeres” que quieran contar sus vivencias. En contraposición a nuestro país, en el cual, “la lucha era tan fuera que estaba esa necesidad de contarlo”.
Por otro lado, la realizadora reveló: “La película tuvo un primer rodaje de entrevistas, terminó todo y lo montamos.” Luego, “nos dimos cuenta que faltaban nuestros relatos” que eran los que “unían el relato”.
Consultada sobre el título del film, expresó: “Refiere a que nos dimos cuenta que muchas mujeres habían abortado en una casa amarilla o había algún elemento” de dicho color.
Escuchá la entrevista: