A su vez, el diplomático planteó que de la visita del Javier Milei al Papa Francisco en el Vaticano se pueden sacar 3 conclusiones. “En primer lugar, demostró que es un Presidente que capaz de admitir errores y es eso muy importante en una persona joven y fuertemente ideologizada”, aseguró, y agregó que “el segundo punto, es que se ha creado un síntoma de simpatía y cordialidad entre los dos argentinos más importante y esto no puede sino ser auspicioso en relación a lo que nos espera en el tiempo que estamos viviendo en el país”. En tercer lugar, sostuvo que esta relación “tal vez se pueda reflejar en la posible concreción de la visita del Papa a la Argentina, si su salud se lo permite. La intención está en los hechos pero dependerá de cuestiones que están fuera de su control”.
El ex embajador argentino en la Santa Sede manifestó que “la vinculación política entre las dos cabezas de las instituciones (…) puede traducirse en una muy buena relación entre la Argentina y la Santa Sede”.
En relación a la visita de Milei a Israel, enmarcó que “hoy tuvimos la buena noticia de la liberación de dos rehenes nacidos en la Argentina” y lamentó que continúen los ataques a la Franja de Gaza. Espeche Gil dijo que “el conflicto es muy difícil de explicar porque hay una historia en la cual la ideología lleva a pensar que todos los culpables están de un lado o del otro, pero la historia de los hombres es mucho más compleja”. Seguido, advirtió que “el actual gobierno de Israel tiene mucha responsabilidad en la continuación de un proceso que podría haber terminado antes si se hubiera recibido el buen consejo de amigos importantes para ellos como son los Estados Unidos y una parte muy importante de la propia sociedad israelí”.
El también ex embajador en Israel, consideró que la intención del Jefe de Estado argentino de trasladar la sede diplomática a Jerusalén, “es un posicionamiento que responde mucho a un temperamento y convicciones personales pero que no han pasado por el tamiz de un conocimiento más profundo de la política internacional, de la política exterior de la Argentina y del derecho internacional”.
Asimismo, aclaró que esa postura “tiene problemas desde la dimensión política, jurídica y del interés nacional argentino” pese a que “la tradición argentina es muy respetuosa del derecho internacional”. Luego, dijo que “la Argentina es una potencia mediana que tiene que defenderse por el lado del derecho. Entonces cuando se produce una violación fragrante del derecho internacional no le conviene al mundo, al país ni a los protagonistas porque son victorias de corto plazo en términos históricos”. Y resaltó que “si las embajadas están en Tel Aviv y no en Jerusalén, es porque Jerusalén es un territorio ocupado por la fuerza y eso no da derechos internacionales. Fundar una ciudad con un carácter jurídico que no le compete, a corto o largo plazo genera reacciones negativas de los dos lados y nos alejamos de la paz”.
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