Ana Laura Dagorret, corresponsal en Río de Janeiro habló de la situación epidemiológica en Brasil. En dialogo con "Es por ahí" por FM 97.UNE, destacó la importancia de no ver al país vecino como un estado homogéneo.
"El pueblo brasileño es muy heterogéneo, con realidades muy distintas, es muy complejo, pero ese descontento se esta viendo reflejado en las últimas encuestas", dijo.
Afirmó que “los números de muertes que evaluamos para esta semana nos da cuatro mil muertes por día, ayer el récord fue de de casi 4200 casos”.
El sistema de salud de "los diferentes estados, se niega a adoptar medidas, y al no haber una directiva nacional que establezca qué hacer o cómo mantener un distanciamiento estricto de 10 a 15 días; está complicado”, refirió.
La entrevistada marcó diferencias entre el Estado de la Amazonia con la ciudad de Manaos, una de las más afectadas al inicio de la pandemia, y de otro Estado como el Sao Paulo con una densidad poblacional muy exponencial.
A pesar de las particularidades de cada ciudad, enfatizó que “Bolsonaro es el principal responsable, pero también hay dirigentes de algunos estados que no están tomando el caso con la seriedad que amerita”. Destacó que “en los Estados poblados sucede que gobernadores y alcaldes son presionados por el sector empresarial para que la población no haga distanciamiento.
Dagorret también consignó que por ejemplo “San Paulo, es una ciudad en la que no hay toque de queda; no se reduce la cero. No tienen cómo decirle a la gente, vos no vayas a trabajar porque no hay una respuesta del Estado para que se quede en su casa”, para que las personas tengan una retribución económica.
Expresó que “la vacunación viene muy lenta, se están aplicando cerca de trescientos mil dosis por día, pero esto hay que verlo en relación a la densidad de población de Brasil”. Esta situación se suma a que, lejos de brindar soluciones, la gente de a poco está empezando a sentir el descontento: a la crisis sanitaria se suma la crisis económica y social. En Brasil cien millones de personas no tienen la posibilidad de llevar un plato de comida a sus casas”.
Para finalizar reconoció que tanto “el gobierno nacional y provincial están haciendo lo que pueden para evitar que se siga difundiendo el virus”. “En cuanto a la crisis social, si bien es similar más allá a de las diferencias, la seriedad y la voluntad de cuidar a la gente” que falta en Brasil, “es posible encontrarla en Argentina”.